Comerciantes de Rivadavia aseguran que una inspectora del Ministerio de Trabajo de la Nación labró actas de infracción en sus locales con datos de empleados inexistentes. Al menos hay dos casos en esa ciudad que ya han sido llevados a la Justicia, aunque los denunciantes aseguran que los perjudicados son más y que también hay casos en San Martín.
“En julio me llegó la notificación de un relevamiento de empleados realizado el 8 de abril en mi local por una inspectora del Ministerio de Trabajo, cosa que no es cierta porque esta mujer nunca entró al negocio”, cuenta Guillermo Pierri y sigue: “La inspectora ha llenado un acta de infracción en la que solo aparece su firma, no está la mía ni de testigos ni tampoco la de la persona que dijo haber encontrado trabajando en negro”.
Pierri es dueño de un local de venta de celulares en el microcentro de Rivadavia, al que atiende junto a dos empleadas: “Es un negocio conocido en Rivadavia y todo el mundo sabe cuánta gente trabaja en mi local; la inspectora inventó una empleada y llenó la planilla con datos de alguien que no existe, una tal Reyna Calizaya que no figura en el padrón y puso un domicilio en el distrito de La Reducción al que envié una carta documento pero nadie contestó”.
Pierri dice que concurrió a la delegación del Ministerio de Trabajo e hizo su descargo, pero que la inspectora ratificó su escrito: “Esta mujer vive en Palmira y milita en una agrupación kirchnerista, pero eso no le da derecho a inventar actas de infracción; y como no voy a soportar el atropello de que alguien que cobra como inspector me invente empleados, es que la denuncié penalmente en la Justicia”.
El comerciante asegura que hay otros en su misma situación: “El día que fui a hacer el descargo habían cuatro en iguales condiciones y alguien sugirió en el Ministerio que lo mejor era dar de alta y baja a la persona que figura en el acta, y que de esa manera me sacaba el problema de encima y solo pagaría una multa de $ 300 en lugar de los $ 9.700 que me reclama el Estado. Pero no lo voy a hacer porque no tengo ningún empleado en negro y porque lo que ha escrito la inspectora es mentira”.
Otro caso
Viviana Bustos tiene una casa de fotografía muy cerca del local comercial de Pierri y dice que su caso es similar, que ocurrió en la misma fecha y con la misma funcionaria: “La única firma que tiene el acta donde me inventan una empleada es la de la inspectora a la que nunca vi”, cuenta Bustos y agrega: “Pone el nombre de alguien que no existe y una dirección que en realidad es un lote baldío; nunca vino a mi negocio y así de fácil te inventan un empleado”.
Al igual que Pierri, Bustos hizo su descargo en el Ministerio y luego una denuncia penal en la Justicia: "Hay otra gente en esta situación, pero algunos han preferido dar el alta y pagar $ 300; se ahorran un problema ahora, pero capaz que generan uno para más adelante".
Diego Pettignano es delegado del Ministerio de Trabajo y dice estar al tanto del tema: "Suele pasar que un comerciante viene y asegura que no tiene empleados en negro, pero yo en principio tengo que creerle a mis inspectores. De todos modos y para aclarar cualquier situación está la posibilidad del descargo, que esta gente ha utilizado".
Pettignano dijo que una vez hecho el descargo se abre un expediente para determinar si corresponde la multa o si el comerciante tiene la razón: “A nosotros no nos interesa cobrar multas sino que los empleados trabajen en blanco, ese es nuestro objetivo, y labrar un acta de infracción no es sencillo porque suelen ser situaciones tensas; veremos qué pasa con estos casos, yo en principio tengo que creerle a mis inspectores”.