Rivadavia, capital del basquet

El deporte empezó a imponerse en el Este en los ’70 y desde entonces es el tema que copa la mesa de los bares y une a las familias.

Rivadavia, capital del basquet

La "Naranja" es uno de los clubes más fuertes de la provincia y representará a Mendoza en el TNA.

Así como en otros pueblos se habla de fútbol, en los cafés de Rivadavia la discusión pasa por el básquet, por la ausencia de tal o cual jugador, por si conviene un esquema así o asá. Son décadas de historia, hay pibes que hablan de lo que hacían sus abuelos bajo el aro porque en los ‘60, ya había una ligar rivadaviense de básquet con equipos como América, Casa de Italia, Paso de los Andes, Estrada y Colegiales, que eran alumnos de la escuela Normal, bajo la dirección de Américo Tondini, y también estaban los de la otra escuela, el Comercial, dirigidos por Leopoldo Brozovic, una de las grandes figuras del básquet local.

“Esa liga se disolvió, pero marcó un camino”, dice Marcelo Centorbi, de la actual comisión de básquet y referente de aquella generación de estrellas que en los ‘80 llevó a Rivadavia al plano nacional.

“Acá el básquet es una cuestión generacional, hubo lindas épocas en los ‘70, en los ‘80 y ahora también es un muy buen momento y los chicos que empiezan se inspiran en toda esa historia”, opina

Jesse Terrero, que jugó en la primera a fines de los ‘80.

“Rivadavia es la capital del básquet y eso que se dice fácil, se sostiene con historia”, cuenta el ex intendente Ricardo Mansur: “En los ‘70 el Centro Deportivo, que antes era Atlético Rivadavia, tenía su cancha detrás de la iglesia y cuando jugaba de local se suspendían las clases y no había forma de entrar a la cancha de la gente que iba”, recuerda Mansur, que jugó de base en aquel glorioso equipo del ‘74 que logró el primer ascenso, y que más tarde en el ‘80, casi se queda sin su luna de miel por un partido.

La década comprendida entre los años 1980 a 1990 marcaron a fuego la historia deportiva del departamento de Rivadavia a través del básquetbol, seguramente el deporte de mayor convocatoria de esos lugares y que mayores satisfacciones trajo a  su gran cantidad de seguidores.

En el año 1980 y luego de un paso efímero en 1978, el básquetbol del Centro Deportivo Rivadavia se afincó definitivamente en las instalaciones del gimnasio Municipal. En esos años primeros años de la década que comenzaba, se gestó el recambio generacional que en todo ámbito se recrea con el pasar de los años, habiendo luchado en mas de una oportunidad para evitar el tan temido descenso...  ¿quién no recuerda las finales con Leonardo Murialdo... con Villa Hipódromo? de las cual los jóvenes jugadores de esos años salieron airosos, pero en el año 1982, luego de una sanción es condenado a jugar en primera “B” la temporada 1983. El Centro Deportivo Rivadavia no solo logró el ascenso luego de ganar los torneos Apertura y Clausura, sino que lo hizo en ambos torneos en calidad de invicto en los 33 partidos que disputó.

Los torneos de la Federación Mendocina de los años 1984 y 1985 ya comenzaron a gestar el gran equipo que nos posicionaría en el básquetbol nacional y en 1986 se produjo el gran despegue, se obtiene el torneo Federativo luego de vencer a Macabi, Gral. San Martín y Leonardo Murialdo, todos estos equipos reforzados con dos extranjeros cada uno, y Rivadavia solo con los jugadores de su cantera se queda con el primer lugar obteniendo el derecho a participar en la Liga Nacional “C”, los nombre de los equipos que lo visitaban empiezan a ser conocidos en el departamento...

Inca Huasi, Villa Lanteri, Unión Central de Villa María, Noar Macabi, de Córdoba, Salta Club, Banco Rioja, Juventud de Santiago del Estero, fueron testigos de estadios llenos y noches memorables, que les permitieron obtener el tan ansiado ascenso a la Liga Nacional “B” (hoy TNA), todo esto se logró a través de grandes esfuerzos.

“En el año 1987 el básquetbol nos aportó el primer campeonato anual de la máxima categoría de la provincia al obtener consecutivamente los torneos Apertura y Clausura. Como olvidar las caravanas, los muñecos gigantes, la banda que nutría la hinchada. La campaña por demás halagüeña y por demás motivantes hizo que el año 1988 se tuviese un equipo de mayor competitividad y se obtuvieron triunfos resonantes, como ante Olímpico de Santiago del Estero e Instituto. Se luchó hasta las instancias finales y estuvimos solo a segundos de ascender a la Liga Nacional “A”. En ese año también se logró el Apertura”, cuenta Centorbi, símbolo de aquellas gestas.

“El año 1990, fue nuestra última participación en las esferas del básquetbol nacional. La delicada situación económica que envolvía al país no fue ajena a nuestros deseos de seguir participando. Igualmente, el torneo apertura del básquetbol mendocino quedaba en nuestro poder”, cierra el hombre que hizo pasar a la historia la camiseta 13 del Naranja.

Pero Rivadavia es un grande sin discusión en nuestra región y desde el 2010 para acá volvió con todo. Fueron dos subcampeonatos esos años, para luego ganar Apertura, Clausura en 2011 y 2012.

Seis títulos en sólo dos temporadas que iban evidenciando un crecimiento que no tiene techo.  El 2013 llegó con el título en el Súper y el ansiado ascenso al Torneo Federal, un certamen en el que el Naranja siempre ha sido protagonista llegando a las instancias finales.

Esos logros hicieron que recientemente la Federación Mendocina le ofrezca una plaza en el TNA (Torneo Nacional de Ascenso) para representar a Mendoza y seguir haciendo crecer el basquet de la provincia.

“Es muy importante para nosotros que Rivadavia juegue ese torneo. Sabemos que son un club ordenado y nos permitirá que los chicos de Mendoza dejen de irse de la provincia y tengan espejos donde mirarse”, aseguró Ricardo Oyarce presidente de la Federación dejando en claro lo que significa el Naranja.

Las damas de la mano de Seoane

A fines de los ‘70 y con el aporte de Yeyi Seoane (tía de los jugadores del plantel Naranja) quien jugó en Casa de Italia y en Buenos Aires (club Talar Pacheco), las chicas comenzaron a armar su propio proyecto que luego fue seguido por Brozovix. La imagen es de 1979 y allí pueden verse a Marisa Garnica, ex funcionaria, Mariela Puentes y Sandra Zangoli.

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