Murió Corbata, el perro rastreador que conmovió al mundo por su ayuda en más de 200 casos. Trabajó durante 13 años en Odorología Forense y se retiró con honores en 2015. En los últimos años, el mestizo vivió los últimos años con su instructor, ex guía y formador, el veterinario Mario Rosillo, hasta que falleció ayer en Corrientes.
El sargento ayudante Agustín Fernández relató a Diario Río Negro que Corbata tuvo una importante participación en dos casos resonantes: los secuestros, desapariciones y muertes de Fernanda Aguirre en julio de 2004 en Paraná y de Otoño Uriarte en octubre de 2006, en Fernández Oro.
El caso de Corbata también había llegado a todo el mundo gracias a la agrupación Retired Dogs 112 , una asociación dedicada a encontrarles hogar y dueño a perros retirados de sus funciones en Unidades Caninas de Cuerpos de Seguridad.
Rosillo había compartido casi toda la vida con Corbata, quien era su gran compañero y tenía una capacidad olfativa superior a lo normal en este tipo de perros. Por esta aptitud, la Policía rechazaba su pedido de jubilarlo y adoptarlo, hasta que la agrupación pudo acumular 4.000 firmas a través de la plataforma de Change.org.
El perrito de 16 años sufría una parálisis en la cadera, problemas cardíacos y renales, pero pudo vivir libre y alejado de la policía en la provincia del litoral junto a su papá humano.