En el caso de las grasas poliinsaturadas la excepción son las grasas trans a las cuales se les atribuye ser incluso más nocivas que las saturados. Se encuentran cada vez más presentes en productos industrializados como margarinas, manufacturas de mantecas vegetales usadas para frituras comerciales, en alimentos procesados, algunos panificados como galletas dulces y productos de repostería.
Los cardiólogos del hospital Central expresaron a través de algunos artículos que se las ha asociado al riesgo de enfermedad cardiovascular, muerte súbita y diabetes mellitus tipo II. Aunque se explica que paulatinamente se tiende a abandonar su uso en países desarrollados no ocurre los mismo en aquellos que están en desarrollo.
Éstos aumentan el colesterol total y disminuyen el HDL, el colesterol bueno que se considera protector. Además aumentan los triglicéridos, la inflamación sistémica y de las paredes de los vasos, mientras que afectan la función de las paredes internas de éstos.