El riesgo país acrecentó este jueves su tendencia a la baja, algo que comenzó a mostrar en la última rueda del 2018, y quedó a 706 puntos (-0,7%), el mismo nivel que tenía a fines de noviembre. La baja tuvo que ver con que los bonos argentinos más operados en el exterior volvieron a negociarse por medio dólar en promedio. Además, el BCRA compró pocos dólares para evitar que se acelerara la baja de tasas.
Así, el costo de los seguros contra un nuevo default a cinco años cayó hasta los 695 puntos, es decir 110 puntos básicos desde principios de año. Igualmente esto los deja muy por encima de los valores que se manejan en la región (Chile está en 163, Perú en 168 y Brasil 271), a excepción de Venezuela que maneja 8.248 puntos básicos. Igualmente se mantiene muy lejos del 2001 cuando alcanzó los 5500 puntos básicos y del salto que pegó en noviembre de 2012 cuando alcanzó los 1066 puntos.
Pero, ¿qué significa todo esto y por qué hablamos de Riesgo País? Se trata del nivel de confianza que se tiene en Argentina como ente pagador de deudas, se trata de un termómetro que tienen en cuenta los inversores, las empresas y los estados que buscan financiamiento.
El índice lo elabora el banco JP Morgan, comparando los rendimientos de los bonos de largo plazo de cada país con los de Estados Unidos, el bono activo menos riesgoso del mundo. En noviembre del año pasado argentina tenía 600 puntos, en diciembre trepó a los 787 puntos básicos, y a la fecha se ubica en 706, lo que significa que si el sector público requiriera financiamiento debería pagar una tasa de interés 7,06% por arriba del rendimiento estadounidense que este viernes está en 2,7%.
Así, al tasa mínima para que el Tesoro nacional consiga financiamiento es del 9,08%, lo que significa un número menor a los más de 10,68% que tendría que haber pagado en diciembre, pero continúa siendo significativamente más alto que el de los bonos estadounidenses.
Macri asumió con un Riesgo País de 480 puntos básicos y se mantuvo entre 400 y 500 durante los primeros años de gobierno, pero en abril, a medida que el tipo de cambio subía, y se intensificaba la salida de capitales el índice se disparó, lo que implica una desconfianza de los inversores.