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hace 8 minutos
Por su inconfundible bigote -el mismo que afeitó de un día para el otro y que hasta motivó la creación de un blog pidiendo por su regreso-; y que luego volvió, aunque en forma de barba candado. Por su tono de voz distintivo; calmo y amigable. Por su estilo para conducir y practicar el periodismo. Y también por su distinción de madrugadores en tandas y de acuerdo a cuán "remolones" eran antes de encarar el día.
Ricardo Mur marcó a varias generaciones de televidentes mendocinos desde sus inicios y hasta su último día frente a la cámara. Logró lo que pocos: ser una figura en los dos canales de televisión de aire de la provincia; y nunca abandonó su simpleza, independientemente de si la luz de "Aire" estaba encendida o apagada.
A poco más de un año de haberle dicho adiós (aunque no necesariamente definitvo) a los medios, "Richard" (67) disfruta de la compañía de su esposa en la casa a la que se mudaron hace casi 7 meses en Luján, pasando la zona de boliches. Ambos cumplen el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por decreto ante la pandemia de coronavirus un poco más alejados del ruido, en un contexto de jardín, verde y arboledas.
"Después de 36 años viviendo en el barrio Fuchs, nos vinimos a vivir a un lugar más tranquilo. Estamos prácticamente aislados en la zona, con dos o tres vecinos más. El cambio de casa nos vino bien en este contexto, y más a mí que tengo que hace tiempo soy grupo de riesgo y tengo que respetar rigurosamente el aislamiento", cuenta Mur; quien además debe lidiar con otro obstáculo con estos días: las muletas. Es que hace poco más de un mes sufrió un accidente doméstico con una amoladora, y se lesionó.
Exactamente el mismo día en que Ricardo culminó su vínculo con Canal 7 y tomó la decisión de alejarse de los medios -a fines de marzo del 2019-, un gran amigo de él -el músico Juan Carlos Romero- lo convocó para lo que es en la actualidad su proyecto y pasión: integral el conjunto de música vocal 'Cuyano's Son' (interpretan piezas de folclore latinoamericano); y que ambos integran con Maxi Benenati y Diego Novicov. "Para mí es un lindo pasatiempo, siempre me gustó cantar; y en reuniones de amigos despuntábamos el vicio junto a mi señora, que toca la guitarra. Juan Carlos me avisó que necesitaban un bajo -de voz, porque en lo que es instrumentos, no toco ni el timbre- y de caradura me sumé", rememora sobre los inicios en su nuevo estilo de vida. En 2019 lograron hacer dos presentaciones, y ahora la pandemia los tiene frenados. "Cuando pase todo esto, la idea es retomar con todo", promete.
La música le permitió reinventarse, redescubrirse y seguir sintiéndose vivo. "Cuando te llega el momento de retirarte de la actividad que elegiste durante 43 años y que amaste -de hecho, sigo amando al periodismo-; tenés que reinventarte. Si no, te tirás en un sillón y envejecés de golpe. Hay que reinventarse tratando de buscar otra alternativa de vida; más que por una cuestión de ingresos, por una cuestión de vivir y para seguir fresco. Eso me llevó a decirle que sí a Juan Carlos", reflexiona.
Ricardo no extraña -"todavía", aclara- la rutina de los medios, ni el ritmo periodístico. "Si se da la posibilidad de volver con un envío semanal televisivo o radial, lo analizaría. Pero que esté fuera de los esquemas rutinarios. Tampoco extraño madrugar, no voy a mentirte. Me levanto a las 9, 9:30 de la mañana y dependiendo de cuanto trasnochemos la noche anterior. Ya estoy afuera del ranking de madrugadores que yo tenía", acota sonriente. Eso sí, con el aislamiento los días se hacen más largos, por lo que también estira su estadía en la cama cada mañana.
¿Y si a Ricardo Mur le sale alguna propuesta actoral o para participar de alguna ficción?. "Teatro no lo descarto. Hice hace muchos años y de forma vocacional, e integré el grupo de 'Comunicactores'. Si alguien viene y me convoca para algún proyecto, habría que analizarlo", agrega, siempre simple y siempre humilde.
De todos los tiempos
A mediados de los '70, un joven Ricardo Mur daba sus primeros pasos e incursionaba en el periodismo mendocino. "Han sido tantos años de contacto con miles de mendocinos, lo siento muy gratificante. El cariño, los saludos de la gente; creo que son cosas que demuestran que uno hizo las cosas bien, que la gente lo siguió porque tenía cierta empatía. Incluso aquellos que tal vez no compartían mi estilo y me veían para criticarme", piensa sobre su trayectoria.
Cuenta que aquellos que promedian los treinta años -quizás un poco más- lo ven por la calle y le gritan: "¡Richard, yo soy de la segunda tanda de madrugadores!", y acto seguido le piden que vuelva porque lo extrañan. "La gente mayor también me saluda con mucho respeto y cariño, es como un mimo al corazón. Quizás en esto tiene que ver el hecho de haber podido trabajar en los dos canales televisivos y de mayor llegada de Mendoza", indica.
La música no se detiene
El mismísimo día en que Ricardo se despedía de la televisión, recibía la invitación para incursionar en la música. "Fue una coincidencia rarísima, porque Juan Carlos Romero no sabía que yo me estaba yendo de los medios cuando me convocó", sostiene. Abocados a lo que es el floclore mendocino, argentino y también de toda Amércia Latina, "Cuyano's Son" es -además de un cuarteto de músicos- un grupo de amigos, quienes han compartido experiencias entre ellos y co sus familias.
El 9 de noviembre pasado hicieron su "gran debut, gran" en la Sala Tito Francia del Espacio Cultural Julio Le Parc, y fue más que exitosa: llenaron a pleno el espacio. La segunda presentación fue en el Festival de Alta Montaña a principios de febrero; y esas han sido las únicas dos presentaciones hasta el momento.
"Teníamos previstas tres presentaciones más, pero nos encontramos con esta situación y un parate largo. Este contexto nos sorprendió en un momento de renovación de repertorio. Y si bien seguimos en contacto por WhatsApp, al ser un grupo vocal no podemos hacer mucho a la distancia. Pero seguimos trabajando en propuestas, para volver con todo cuando pase la pandemia", concluye.
