"Un día hice 60 entrevistas, una detrás de otra. Terminé que no sabía ni cómo me llamaba", dice Ricardo Darín (61) por teléfono. Recuerda así la última edición del Festival de Cannes, en mayo. Hasta allí llegó con la película "Todos lo saben", de Oscar Asghar Farhadi. Y allí también vivió un conmovedor encuentro padre-hijo, porque el Chino también participó, pero con otra producción: "El Ángel", de Luis Ortega.
Pero no solo en estos eventos Darín no para ni un minuto: él está activo todo el tiempo. Cuando aún no se estrena en las salas comerciales argentinas "Todos lo saben" (al lado de Penélope Cruz y Javier Bardem), ya está en posproducción "El amor menos pensado" (tándem explosivo junto a Mercedes Morán), además de girar por el país con la pieza teatral "Escenas de la vida conyugal", un clásico de Ingmar Bergman. Incluso, tal como cuenta en esta entrevista, armó una productora y probablemente lo veamos dirigiendo.
Y ahora "Escenas de la vida conyugal" llegará a Mendoza el viernes, sábado y domingo próximos (Teatro Plaza, Godoy Cruz), al lado de Andrea Pietra en escena y con dirección de la misma Norma Aleandro, quien ya había coprotagonizado esta pieza junto a Alfredo Alcón. La buena repercusión de esta producción se nota no solo en el hecho de que va por su cuarta temporada, sino también que ya la vieron más de 400.000 personas.
Es en ocasión de esta visita que Los Andes tuvo un mano a mano exclusivo con el actor. Un mano a mano en el que no esquivó ninguna pregunta y en el que empezó hablando, por supuesto, de esta comedia dramática: "'Bergman empezó esta saga con una serie televisiva en Estocolmo, en el '73, y después se transformó en una película y una obra de teatro. Era una sociedad cerradísima y él tiró sobre la mesa la idea del divorcio. Hoy en día hablamos de eso y es una cosa absolutamente normal, pero en ese tiempo era una revolución: nadie se separaba".
Completa: “Entonces él pateó el tablero planteando la sinceridad en el matrimonio, una cosa que hasta ahí se cultivaba bastante poco, parece ser... Es una de esas piezas de las que todos los días, cuando terminás una función, aprendiste algo nuevo como persona”.
-Sigue siendo actual, entonces.
-No solo no ha perdido vigencia, sino que no la va a perder jamás. El tema de la sinceridad puesta arriba de la mesa a cualquier precio es algo que no va a dejar de ser actual nunca.
-Antes de Andrea Pietra, por el papel pasaron Valeria Bertuccelli y Érica Rivas. ¿Cambió la dinámica también?
-Sí, imaginate, es una pieza de dos personajes en la que estamos permanentemente en escena. A mí me gusta siempre imaginar que es una especie de ejercicio teatral de siete escenas, donde son tan distintos los dos personajes en cada escena que el hecho de que cambie uno de los dos intérpretes hace que todo se reacomode y se resignifique.
Con Valeria tuvo un color determinado maravilloso, con Érica también tuvo otro color, muy bueno también y muy movilizante, y con Andrea vuelve a tener un color absolutamente distinto. Hemos hecho giras por distintos lugares, como España, y lo que te devuelve la audiencia es maravilloso.
-Y dentro de poquitos meses te vamos a tener en las pantallas con otro amor, "El amor menos pensado"...
-Exactamente, en donde también trabaja Andrea. Hace un personaje secundario. La dirige Juan Vera, guionista y productor de muchísimos éxitos y muchas historias muy buenas, que se larga a dirigir por primera vez. Y tengo la suerte de tener a Mercedes Morán al lado. Un “pas de deux” que es una bomba. No solo lo hemos pasado genial, sino que las devoluciones de las personas que han podido ver el corte (que no es el corte final) son fabulosas.
Proyectos con el “Chino”
-Cambiando de tema, leí que con el Chino armaron una productora...
-Sí, tenemos una pequeña productora con él y dos amigos, Kenya Films. De hecho, la primera coproducción que hacemos es esta película con Vera y Patagonik. Tenemos una participación menor porque era un proyecto ya desarrollado, pero nos pareció la puerta de entrada más amable y prudente para encarar algún proyecto. Nos tiramos de cabeza, y estamos aprendiendo del rubro, digamos.
-¿Y es cierto que Farhadi quiere regalarte una historia para que dirijas?
-Eso me dijo cuando estábamos filmando “Todos lo saben” en Torre Laguna, un pueblito que está a 60 kilómetros de Madrid, y después de varias semanas de rodaje conjunto, donde realmente hicimos muy buena conexión. En realidad él hace buena conexión con todos los actores, porque los elige muy minuciosamente y es un ser maravilloso, no solo como profesional sino también como persona.
Un día, tomando un café en un descanso de filmación, me dijo que yo tenía que dirigir. “Ya sé que dirigiste una (“La señal”, junto a Martín Hodara), pero tenés que volver a la dirección”, me dijo. “Veo que se te da bien y te gusta mucho: me doy cuenta porque estás en todos los detalles, estás detrás de los actores”. ¡El tipo me había sacado la foto! (risas). Ahí me dijo que tenía una historia que le gustaba mucho y que cuando nos sacáramos de encima todo el lío de la película le gustaría venir a Argentina, para que yo la dirija y la coproduzcamos.
-Se puede decir entonces que la dirección es algo que te entusiasma.
-Sí, me encanta. Siempre me gustó. La primera vez que dirigí una obra de teatro tenía 30 años.
-¿Y creés que a esta altura de tu carrera te vas a poder dedicar más a eso?
-El tema son los espacios. Para un director, una película supone dos años mínimo de enfoque absoluto. Yo todavía no encontré esos dos años. Mi trabajo como actor me insume mucho tiempo, viajes; en fin, no es fácil encontrar eso.
-¿Y te ves coprotagonizando una película con el Chino?
-Em... muy probablemente.
-¿Eso quiere decir que hay una oferta?
-No, en realidad tenemos un proyecto. Como productora estamos asociándonos con otra para llevar adelante un proyecto. Esperemos que podamos hacerlo antes de fin de año.
Mentiras en la red
-Cambiando de tema, fuiste noticia hace unos días porque "explotaste" en las redes: tuviste que aclarar que no eran tuyas unas frases polémicas que circulaban por internet...
-Lamentable, qué se le va a hacer. Es muy difícil. Todo lo que las redes sociales nos aportan de maravilloso y de conexión tiene una contracara, gracias a que todavía las cosas no están del todo delimitadas. Que de pronto se suban tres, cuatro, cinco tipos con tu foto y bajen una línea terrorífica, espantosa, con resentimientos y odios... Te ves en la disyuntiva de que si salís a explicar le das más trascendencia de la que tuvo, pero por otro lado tampoco podés permitir que todo el mundo crea que vos sos capaz de decir las cosas que esos tipos te hacen decir.
-Pero ahora aclaraste que se trataba de una entrevista falsa...
-Yo no acostumbro a poner cosas mías en las redes. Tengo Twitter sobre todo para retuitear necesidades de gente que me parece que necesitan una voz. En este caso lo consulté con mi hijo, mi mujer, y me aconsejaron que pusiera un descargo, porque sino no hay un freno, ¡y lo peor es que la gente crea que yo pienso así! Yo no pensé nunca así. Yo no soy ni revanchista, ni agresivo, ni violento. Desde hace años me pasa esto, que cuelgan cosas que cuando las leés se te congela la sangre.
-¿Por ejemplo?
-Una vez un tipo colgó una frase que decía que yo pedía que fusilaran a todos en Plaza de Mayo. Ahí te empezás a preocupar...
-Y vos, ¿qué sentís cuando algunos te toman como un abanderado cultural del antikirchnerismo?
-Es un error. Yo no soy anti nada. Puedo no estar de acuerdo con una gestión, pero trato de ser puntual, no soy fanático. Yo creo en la justicia, creo que los que se mandaron la cagada la tienen que pagar de alguna forma, porque nos compete a todos, pero no soy revanchista. No quiero que se muera nadie ni fusilar a nadie.
Y además, ¿sabés?, yo no formo parte de un bando ni del otro, y me estoy comiendo esto de la grieta, en donde siempre te tienen que poner de uno u otro lado: si resaltás una actitud buena de alguien, automáticamente formás parte de eso, y eso genera el odio de los que están en la vereda de enfrente. Mi padre me pidió, cuando yo era muy chico, que tuviera independencia de pensamiento: no hay nada más importante que que seas libre mentalmente, me dijo. Mi viejo estaba muy preocupado con este tipo de cosas, y ahora entiendo por qué...
-Es un poco difícil mantenerse al margen.
-Es que no es mantenerse al margen, porque no hay solo dos posiciones: hay tres, cuatro, cinco, diez... Hay tantas posiciones como personas piensen. No necesariamente tenés que ser parte de un grupo.
La gente cree que yo soy macrista, y yo no soy macrista. La gente cree que soy profundamente antikirchnerista y revanchista, ¡y no es verdad! Sé las cosas que no me gustan de unos y de otros, y puedo tener el espacio para destacar qué hizo bien uno y qué hizo bien otro. Y ahí navego. Hasta ahora, todavía nadie me ha representado absolutamente en el poder. Esta es la realidad.
-Tu hermana Alejandra es una de las actrices que forman parte del debate en el Congreso por la Despenalización del Aborto, ¿tenés una postura en relación a eso?
-Sí, yo tengo postura formada con respecto a todo. Y por supuesto que estoy a favor de la legalización del aborto, porque no puede ser que haya una raya divisoria entre clases y que las chicas no pudientes tengan que estar expuestas a morir por un mal tratamiento. La legalización del aborto no significa que se va a hacer un aborto alguien que no quiere. Lo que significa es que va a haber una contención desde el Estado para que dejen de morir las mujeres. No es que te guste el aborto, porque nadie puede estar a favor del aborto: estamos a favor de que la gente no muera por hacer esa práctica. Esto es lo que la gente no puede entender.
La ficha
"Escenas de la vida conyugal", de Ingmar Bergman.
Con: Ricardo Darín y Andrea Pietra.
Dirección: Norma Aleandro.
Fecha y hora: viernes 15 (21.30), sábado 16 (21.30) y domingo 17 de junio (20).
Lugar: Teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz).
Entrada: $ 600, $ 700, $ 800 y $ 900, disponibles en la boletería y en www.1000tickets.com.ar, más tasas de servicio.