Desde 1931 Independiente vivió como un club de fútbol de los llamados “grandes”, con momentos de gloria, nunca cerca de la triste actualidad del descenso.
En 1938 fue campeón con 53 puntos y 115 goles a favor, todo un récord. El extraordinario goleador paraguayo Arsenio Pastor Erico, fallecido en 1977, convirtió 43 goles en 34 partidos. Otro récord.
El Rojo llenaba todas las canchas e inmortalizó la primera delantera: Juan José Maril, Vicente De la Mata, Erico, Antonio Sastre y José Zorrilla.
De la Mata, quinto entre los goleadores del torneo, hizo 27 tantos jugando como "8", por entonces, "entreala derecho".
La dirigencia de Independiente hizo “escuela”: compraba a pocos jugadores y daba crédito a sus inferiores. Cuidaban mucho la economía. Algo que repitieron en los 50 con la segunda gran delantera: Rodolfo Micheli, Carlos Cecconato, Carlos Lacasia, luego Ricardo Bonelli, Ernesto Grillo y Osvaldo Cruz.
Independiente, tras vender a Grillo al Milan de Italia, dio lugar al ascenso de Norberto Raffo, integrante del seleccionado juvenil con Ermindo Onega, Ramón Abeledo y Néstor Villegas.
Desde lo “cultural”, la comisión directiva estaba en una línea parecida al gran ejemplo brindado por José Amalfitani en Vélez Sársfield, entre 1943 y 1969. En el tiempo de “Los Diablos Rojos” varios dirigentes quedaron en la memoria futbolera.
Entre otros, Herminio Sande, Carlos Radrizzani, Pedro Iso, Jorge Bottaro, José Epelboim hasta llegar a Julio Humberto Grondona. Los seis abarcaron cinco décadas, dos de ellas, gloriosas.
Independiente compraba solamente lo necesario. Así lo hizo a mediados de los años 30 cuando el club adquirió a “la maravilla elástica” Erico. En el 39 repitió la marca. Hizo 40 goles e Independiente ganó el torneo con 56 puntos.
En los años ‘60, ciclo de Sande, tras impensado trueque con Racing, el club contrató a José Omar Pastoriza, el popular "Pato". A Racing fue Miguel Angel Mori, ambos hicieron historia en cada club de Avellaneda.
Existía una “política de compras” y “buen ojo” de varios de sus directivos. En cambio, desde hace diez años es todo al revés: pasaron diez técnicos y el club contrató a 110 futbolistas desde el primer ciclo de Américo Rubén Gallego.
Se perdió a fines de los ’90 la idea tradicional y todo cambió. Por eso, el descenso es consecuencia de malas gestiones de una década, según opinan muchos de sus referentes históricos. Pasaron dirigentes sin experiencia como Andrés Ducantezeiler, que terminó muy enfrentado a Julio Grondona y todo el comité ejecutivo de la AFA.
También Julio Comparada y la actualidad de Javier Cantero. Algo falló para que hoy y durante una temporada -o lo que tarde el equipo en regresa a Primera- se hable de la función de despedida.