El anecdotario de la Fiesta Nacional de la Vendimia parece tener siempre un nuevo dato que llama la atención. Normalmente se habla de las reinas, de estadísticas departamentales, de hechos resonantes o conflictos que la tuvieron como principal escenario.
Sin embargo, un dato curioso y del que poco se ha dicho tiene que ver con el primer y único hombre en ser coronado Rey de la Vendimia en el Frank Romero Day: Ernesto Contreras.
Corrían los primeros días de 1968 y el ya afamado ciclista mendocino lograba una nueva hazaña conquistando el Cruce de los Andes, lo que le valió el apodo de "Cóndor de América", que lleva hasta hoy.
Como cada año, Ernesto se preparaba para escuchar por radio otra edición de la fiesta máxima de los mendocinos, junto a su esposa, Marta Martínez, desde su casa. Sin embargo, el día anterior un grupo de personas llegó hasta su domicilio y le dijo que querían que asistiera al teatro griego vestido de ciclista y acompañado de su bicicleta.
"No sabía bien de qué se trataba, pero fuimos. Yo no había ido nunca a la Fiesta de la Vendimia", recuerda Contreras. Disfrutaron del espectáculo y, al finalizar el mismo, lo invitaron a subir al escenario.
Fue allí cuando las locutoras de la noche, Mimí Tuller y Lila Levinson, anunciaron con toda la pompa que iba a ser coronado rey, y el público estalló en aplausos al verlo aparecer en escena.
"Fue antes de la elección y era algo novedoso presentar a un hombre como el Rey de la Vendimia", explica El Cóndor, con una mezcla de orgullo y humildad.
La encargada de coronarlo fue la reina vendimial saliente, Mirta Acordino, de quien Contreras recuerda que "era muy alta". La corona estaba hecha de laureles, acorde con la tradición deportiva, y no de metal como las que históricamente usaron las soberanas.
Y, al igual que ocurre con las mujeres que portan los atributos, el reinado le dio más popularidad. "A partir de ese momento me hice famoso en Mendoza, porque me coronaron ante toda esa multitud", señala la gloria del ciclismo.
Tras el homenaje, Contreras descendió del escenario y se situó con su esposa, junto a los artistas, para atestiguar la elección. "Esa noche fue coronada Zidanelia Baigorria, de Godoy Cruz", repasa, y Marta agrega detalles a cada dato que él tira con cuentagotas.
Recuerdos imborrables
Aunque se le nota la felicidad de saberse el único rey vendimial en la historia de Mendoza, no suele mencionar ese hecho seguido. "Más allá de los que se enteraron en ese momento, muchos se van a enterar ahora, es algo que no le he contado a casi nadie. Mis hijos eran chiquitos cuando pasó", aclara.
En una carpeta verde guarda los recortes de todas las notas que Los Andes le ha realizado en los últimos años. Allí está incluido un artículo de 2017 en el que se publicó el registro fotográfico de su coronación. "No sabía que existía esa foto hasta que la vi ahí", indica con una gran sonrisa.
En el living de su casa, sentado en una hamaca y rodeado de fotos de sus glorias, premios, reconocimientos e instantáneas familiares, el Cóndor de América deja notar el aplomo de sus 82 años.
Actualmente la Vendimia lo tiene "desencantado", principalmente por la elección, pero ha sido en el marco de estos festejos donde ha recibido gran parte de los homenajes que lo llenan de orgullo.
Es más, reconoce que cuando sus hijos Ernesto Walter, Omar Alejandro y María Laura eran pequeños "los llevamos a todos los eventos vendimiales". Al verlo entre la multitud, la gente lo reconocía y le pedía fotos.
Al consultarle si tiene alguna reina nacional favorita o que recuerde más, desliza que "había una chica Espósito, de San Martín". Fueron dos las soberanas nacionales que cumplen con ese requisito, las hermanas Elba e Isabel, quienes fueron coronadas en 1963 y 1971, respectivamente. Por eso, se juega a que se refiere "a la más grande".
También recuerda con cariño a la fallecida Francisca Jahan, Reina de la Vendimia 1952, que representó a Rivadavia. "Éramos vecinos y era muy buena y de una familia muy trabajadora", precisa.
Un carro de reinas con su imagen
"Hace unos años el carro de Godoy Cruz llevó un muñeco al que hicieron con mi apariencia y lo tengo guardado por ahí", rememora Ernesto Contreras. Es que en esa ocasión la Ciclovía departamental fue el eje de la decoración y la misma lleva su nombre.
La esposa del "Cóndor" agrega un dato más: "Hubo una Vendimia de Godoy Cruz, no recuerdo el año, en la que se formaron todos los ciclistas con sus bicicletas paradas y lo saludaron mientras pasaba".
Mientras la mira y escucha, Contreras asiente con la cabeza y sonríe.