Revelaron detalles del femicidio y suicidio en Lavalle

Juan Acosta habría planeado el homicidio de su esposa, Patricia Fernández, y luego su suicidio con un arma prestada.

Revelaron detalles del femicidio y suicidio en Lavalle

El crimen de Patricia Fernández (35) y posterior suicidio de su esposo y asesino, Juan Acosta (35) fue planeado. El agresor le pidió a su madre que retirara a sus hijos del colegio y que se los llevara con ella, porque no quería que estuvieran en la casa de Villa Tulumaya, Lavalle, donde vivía la familia y que fue el escenario de la tragedia.

Después de eso, le pidió un arma a un amigo para "matar a unos patos", revólver que más tarde usó para perpetrar el femicidio y quitarse la vida.

Para quienes conocían a la pareja Acosta-Fernández la noticia los dejó conmocionados. Aunque sus seres más cercanos señalaron que la pareja estaba en vías de separación, pedida por la mujer, explicaron sus allegados.

Lo que el homicida hizo la tarde del lunes lo había planeado a la perfección. En el jardín de infantes a donde concurre su hija más pequeña le entregaron a la niña a la hora de salida y luego mandó a su madre a buscar a los dos más grandes, otra nena y un nene de 8 y 11 años respectivamente.

Luego, en lugar de ir hasta su casa de la manzana I del barrio Santa Cecilia II, tomó su Ford F100 y manejó hasta la casa de un amigo, a quien le pidió prestada el arma. "Le dijo que era para matar aves que le estaban comiendo la plantación de zanahorias", contó un allegado a la familia. Acosta era trabajador rural por lo que el pedido no resultó extraño para el dueño del revólver calibre 38 que le prestó.

De ahí, Acosta fue hasta su casa. Cerró la puerta por última vez y se quedó en el interior con su esposa. No se escucharon gritos; sólo el ruido de dos disparos fatales. Por la forma donde quedó el cuerpo de Patricia y la entrada de la bala, se presume que quiso escapar del ataque.

Sus familiares fueron los primeros en encontrarlos. Tal como adelantó Los Andes, para entrar debieron romper la puerta. Adentro los cuerpos estaban tendidos en la cocina; debajo de Acosta estaba el arma que le habían prestado.

Como el agresor se quitó la vida, la causa de homicidio se archivará. En tanto, al dueño del arma se le tomó una declaración testimonial ya que, no hay nada que indique que facilitó las muertes. Investiga el fiscal Darío Nora. Patricia trabajaba en el colegio IV Brigada Aérea.

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