Salió a la luz parte del material que estaba almacenado en los celulares de los diez rugbiers detenidos por asesinar a Fernando Báez Sosa (19) en Villa Gesell. Un escueto mensaje deja en evidencia, una vez más, la participación efectiva de los jóvenes en la golpiza fatal.
"No escriban más que lo matamos", fue el mensaje enviado por uno de los rugbiers al grupo de WhatsApp que habían creado para comunicarse entre ellos. De esta forma se revela que los acusados supieron lo que habían hecho antes de que la policía los detuviera en la casa alquilada, siete horas después del crimen.
El mensaje, publicado por diario La Nación, forma parte de la información obtenida por especialistas de la Policía Federal Argentina (PFA) que hicieron un peritaje sobre los teléfonos. Este material será entregado a la fiscal de la causa Verónica Zamboni.
Por su parte, Fernando Burlando, abogado de la familia Báez Sosa, confirmó la existencia de un video que fue filmado por uno de los rugbiers mientras le pegaban en patota al chico de 19 años. Asimismo se espera el análisis de unas cámaras de seguridad que habrían registrado a los acusados cambiarse de ropa para ir a comer a un McDonald's aquella madrugada.
El material surge de seis iPhone, dos Huawei, un Motorola y un Samsung S10, que totalizan dos discos extraíbles con cerca de cinco terabytes de información. Se espera que pronto sean entregados a la fiscal Verónica Zamboni.
Las fuentes aseguraron que los equipos más difíciles de desbloquear, por "el grado de encriptación" que poseen, eran los iPhone pero que todos ellos fueron abiertos.
Entre ellos se encuentra el iPhone 3 negro que pertenece a Máximo Thomsen (20), uno de los acusados de ser coautor del homicidio, y quien decidió no entregar la clave de acceso, al igual que los otros rugbiers.
Los otros cinco celulares de la misma marca pertenecen a Lucas (18) y Luciano Pertossi (18), Matías Benicelli (20), Alejo Milanesi (20) y Juan Pedro Guarino (19), cuyo equipo ?7 Plus?, de color negro, tiene la pantalla astillada y una funda de los All Blacks.
Los peritajes incluyen también al Motorola G4 Plus de Enzo Comelli (19), quien fue señalado por testigos como uno de los que golpeó a Báez Sosa, un Huawei perteneciente a Blas Cinalli (18), y el Huawei BLL23 gris con funda negra y pantalla astillada de Ciro Pertossi (19), el otro rugbier imputado como coautor del homicidio.
El único del grupo cuyo celular no fue localizado ni en el domicilio ni en los dos autos estacionados en la finca allanada fue el de Ayrton Viollaz (20), uno de los acusados de ser "partícipe necesario" en el crimen.
El décimo dispositivo es el de Pablo Ventura (21), un Samsung S10 que le fue secuestrado al remero cuando fue detenido en la Delegación Departamental de Investigaciones de Campana, y que fue desbloqueado con la clave que el propio imputado brindó a la fiscal tras su liberación.