“¡Enano qué pelea!,¡ Grande hermano!”, le decía Jonathan Barros a Juan Carlos Reveco tras un gran abrazo, mientras Cotón se colgaba del cuello de su amigo.
“Se dio cabrón, viste que se dio y también te lo debo a vos. Escuchaba tus gritos desde arriba del ring”, le contestó Cotón a su compañero de entrenamientos de siempre.
Luego se cruzó en otro abrazo hasta las lágrimas con su entrenador, Ariel Cuello, “Gracias Ariel por estar acá, por el aguante, la paciencia y todo el respecto. Lo logramos juntos”, le repetía el malargüino a su técnico, quien le contestó: “Gracias por creer, elegirme y confiar en mí”.
La intimidad del camarín de Juan Carlos Reveco fue el espacio para los abrazos y del agradecimiento para cada uno de los integrantes del equipo de trabajo, tras el durísimo triunfo del malargüino frente al tailandés, Komgrich Nantapech, a quien se impuso en fallo unánime y lo puso de cabeza a las puertas de la chance mundialista frente al campeón mosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB), Donnie Nietes.
Era el espacio de las emociones. “Gracias, muchas gracias, de verdad te digo”, deslizó, mientras miraba a los ojos a Pablo Stahringer, su preparador físico y a Mario Cozzolino, el mentor de esa máquina de generar sueños, en estos días, en la vida del ex campeón mundial mosca.
"Hemos sufrido muchísimo, además Cotón le dio y le pegó mucho, pero no lo movió y el tailandés pega muy fuerte." Mario Cozzolino, Manager.
Curiosamente sonó el celular del malargüino y del otro lado del aparato era Lucas Fernández, que se unió al festejo del grupo de una manera increíble: “¡Qué duro que salió papá!, que pelea tremenda, pero ganamos y a vos también te lo debo”, le contaba Cotón a Luquitas. El rosarino fue su principal sparring en la preparación.
Volver a transitar este camino y quedar de cara a ser retador mandatorio mundial era el objetivo de Cotón. Fue un camino bastante espinoso y también lleno de incertidumbres. Para nada fácil para Juan Carlos Reveco, colocarse en el segundo escalafón del boxeo FIB.
Pero ahí está el Cotón Reveco, a sus 34 años, otra vez en la senda de los primeros planos internacionales.
No lució como en otras ocasiones y hasta por momentos generó ciertas dudas de su exposición. No tuvo esos destellos de brillo técnico ni la velocidad, ni la explosividad en esas manos que ponen al ring side y a la popular de pie, pero le sobró corazón, entrega, coraje y puso sobre el ring toda su experiencia en estas instancias que no son casuales en su vida deportiva.
Una pelea llena de matices tuvo el choque entre argentino y el tailandés, donde en algunos cruces el asiático llegó a la humanidad del malargüino y casi enmudeció el colmado polideportivo Deportistas Alvearense de General Alvear, donde tras doce y duros largos rounds, Reveco salió con los brazos bien en alto. Un peleón que superó las expectativas de muchos.
El pupilo de Cuello fue un claro ganador más allá de que Nantapech en algunos momentos sacudió con su pegada al sureño, que lo llevó a no buscar tanto el nocaut ni el golpe por golpe sino marcar la diferencia boxística, algo que le pedía el rincón.
“Es que mi temperamento me llevaba a buscarlo, para ver si lo podía sacar, pero me di cuenta que no lo movía mucho y pega duro”, dijo más tarde.
"Sabíamos que iba a ser un rival duro, por eso le pediamos a Coton que lo boxeara. Estamos muy felices con el triunfo." Ariel Cuello, Entrenador.
Reveco se prendió en el golpe por golpe en los primeros rounds, un terreno donde Nantapech lo invitaba ya que había descubierto que la mano del anfitrión no lo intimidaba. Cuando el mendocino se confió recibió alguna contra que lo movió, principalmente en el quinto y luego en el sexto round fue el momento más complejo, tras recibir un cros cruzado que lo encontró mal parado. Perdió la estabilidad y generó mucha dudas e hizo estallar los gritos desde el rincón.
No se desesperó, caminó hacia los laterales y se amarró a su rival hasta salir del fuego y pasar el vendaval. Volvió a su plan de pelea inicial, la distancia y buscar la variedad de goles al cuerpo y el rostro.
Nantapech no se salió nunca de su libreto ni dio un paso atrás y mantuvo al pie de la letra y buscó el palo por palo.
Cotón volvió al boxear y su rounds más brillante lo tuvo en el séptimo, trabajó a la zona blanda con el upper y combinó perfectamente el cross al rostro del asiático, y sobre el final de ese parcial lo tuvo sentido, pero no paró de tirar golpes de contra.
El bagaje del mendocino le sobró para llevar adelante la pelea, en algunos pasajes se mostró un poco “desinflando”, quizá la deshidratación para dar el peso le pasó un poco de factura después de mucho tiempo sin dar los 50,800kg.
Reveco sustituyó sus carencias con hidalguía, le sobró cintura y visteo para llevar la pelea hasta el final. Un triunfo que encierra mucho más que una posibilidad mundialista en la vida.
Para Juan Carlos Reveco, tal vez del resultado, dependía su futuro deportivo, pero lo más importante es que hoy, para el boxeo mendocino, sigue siendo un indispensable.
Cotón Reveco - Boxeador mendocino: "Estamos ahí, de la chance mundial"
En el medio del acoso de todos los medios, Cotón sostuvo que: “Me imaginé que iba a ser una pelea muy dura, es más, pensé que iba a ser mucho más cerrada y ajustada. Sabía que no se iba a quedar ni un rato quieto”.
Respecto a si sintió algún golpe en el combate, destacó. “Un rounds me metió un cross fuertísimo y lo sentí, es que tengo ese temperamento de ir al frente y Ariel me pedía que lo boxeara”. “Lo bueno y gracias a Dios, es que estamos ahí de una chance mundial, estoy muy feliz por eso”, concluyó.