Representantes de 45 países se reúnen hoy y mañana en París para impulsar las negociaciones para la gran conferencia internacional sobre el clima que acogerá Francia en diciembre (COP21).
La comunidad internacional busca limitar las emisiones de los gases de efecto invernadero, en un momento en que el nivel de los océanos volvió a subir en 2014 y las temperaturas alcanzaron un nivel no visto en 135 años de registros.
En dos días de reunión informal, ministros y jefes de delegación presididos por el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, revisarán los puntos de desacuerdo, que son muchos y grandes.
Los asistentes, procedentes de China (primer emisor mundial), Estados Unidos, India, Brasil, Arabia Saudí o la Unión Europea (UE), que representan al conjunto de coaliciones regionales en la negociación, intentarán avanzar en dos cuestiones clave del futuro acuerdo sobre cambio climático: qué objetivos fijarse y cómo repartir el esfuerzo entre los países en desarrollo y los desarrollados.
La idea no es comenzar realmente la negociación, lo cual corresponde a los 195 Estados reunidos en el seno de la ONU, sino empezar a esbozar las posiciones y los puntos de convergencia para que los gobiernos puedan dar instrucciones a sus negociadores para la próxima sesión de discusiones oficiales, del 31 de agosto al 4 de setiembre en Bonn (Alemania), explicó la negociadora francesa Laurence Tubiana.
El tiempo apremia, pues hasta la conferencia de París solo quedan diez días de negociaciones oficiales.
La comunidad internacional se fijó en 2009 el objetivo de limitar la subida del termómetro mundial a 2º respecto al nivel preindustrial, sin lo cual la ciencia asegura que se producirán daños graves e irreversibles. La última ronda de negociaciones, en junio, se enredó sin embargo en cuestiones de forma, dando a luz un texto confuso con toda una serie de opciones, algunas muy divergentes.
Antes de disolverse, los delegados confiaron a los dos copresidentes de los debates la tarea de proponer un texto racionalizado y adelgazado, que debería estar listo el 24 de julio.
Laurent Fabius, que ya había expresado su deseo de que haya un "preacuerdo" en octubre, y su homólogo mexicano, José Antonio Meade, instaron el jueves a "una aceleración de las negociaciones".
"Llamamos a todos los países a presentar de aquí a la COP21, tal y como se han comprometido, una contribución lo más ambiciosa posible, sobre todo en materia de reducción de emisiones de gas de efecto invernadero, también a largo plazo", reza su declaración conjunta.
La reunión del lunes y el martes "será muy, muy importante para renovar el compromiso y asegurarse que todos son escuchados", explicó Tony De Brum, ministro de Asuntos Exteriores de las Islas Marshall que, como muchos Estados insulares, son muy vulnerables al cambio climático y piden que el calentamiento quede limitado a 1,5º.
Entre los puntos sensibles del futuro acuerdo se encuentra el del mecanismo a emplear para realzar regularmente las medidas que cada país debe implementar para alcanzar el objetivo de los 2º.
Otros temas espinosos son la financiación, la forma jurídica del acuerdo, las medidas para apoyar la adaptación al cambio climático o como compensar los perjuicios ya sufridos.
