Reunión cumbre

“Hollywood Vampires” se titula el disco de covers de hard rock que el actor de “Piratas del Caribe” y el mítico rockero, junto a otros próceres como Paul McCartney, Brian Johnson y más, acaban de grabar por amor a la música, al whisky y a las fiestas inte

Reunión cumbre

No sólo son amigos de juergas y de los campos de golf sino que, además, Johnny Depp (52) y Alice Cooper (67) comparten su declarada pasión por el rock pesado. Es así que el pionero del “horror rock show” y el actor de “Piratas del Caribe”, que además era muy buen guitarrista antes de ser actor, no iban a tardar mucho en juntarse para sacar un disco. Y lo hicieron de la mejor manera, armando una superbanda para divertirse y parrandear con próceres como Paul McCartney, Brian Johnson de AC/DC, Joe Perry de Aerosmith y el cantante Perry Farrell de Jane’s Addiction, entre varios más.

El disco de estos vampiros hollywoodenses es pura frescura, desparpajo, mucho whisky, fiesta, hard rock del mejor y mucho metal, dispersos en covers de The Who, The Doors, The Beatles, Pink Floyd y Led Zeppellin, entre muchos grupos icónicos.

El homenaje a Christopher Lee

Para poner bien a tono al público, el disco abre de una forma muy emotiva con un cuento narrado por el fallecido actor Christopher Lee, emblema del cine de terror, eterno Drácula de la gran pantalla y un amante del heavy metal. Y el cuento se llama “El último vampiro”, un título que bien podría estar escrito en la lápida del mismo Lee, que interpretó al mítico conde en más de 20 títulos además de otras fantásticas criaturas para el cine.

Lo sigue en un tema propio “Raise to Dead” bien rockero, metalero, con la voz de Alice Cooper sonando como en sus mejores tiempos y los dos vampiros secundados por sus amigos Tommy Henriksen y Bruce Witkin en guitarras y el baterista Glen Sobel, además de la colaboración del afamado productor Bob Ezrin.

Para el cover de “My Generation”, el himno de The Who, Cooper y Depp llamaron al hombre que lo viene tocando en los últimos 15 años, Zach Starkey, hijo de Ringo Starr y baterista de los Who desde hace mucho tiempo. La versión es más de hard rock, con buenos arreglos vocales, con los cortes y las interrupciones que tiene pero con Cooper poniendo su voz más grave, menos gastada, dándole un toque de distinción.

El vocalista de AC/DC Brian Johnson le pone su voz a una notable versión de “Whole Lotta Love”, de Led Zeppellin, donde los vuelve a acompañar Zach Starkey en batería y se les suma el bajista y habitual colaborador de Cooper, Kip Winger en bajo.

La versión abre con el bajo y la armónica de Alice Cooper y es a cinco guitarras, con la participación del Eagles Joe Walsh, Depp, Herinksen, Witkin y la hermosa blonda australiana Orianthi, guitarrista de Cooper.

El propio Cooper se hace cargo de las partes más graves y Johnson de los agudos con los que en los ‘70, Robert Plant sacudía al rock and roll y millones de mujeres, mientras los cinco violeros llevan la canción en un delirante periplo rutero o en un alocado tren.

Y Starkey es digno de su padre y de John Bonham. El vocalista de Jane’s Addiction, Perry Farrell, se les suma en la rockera, bien fiestera, soleada y playera “I Got a Line On You” escrita por Randy California, que tocó con Jimmy Hendrix en los Blue Flames y luego formó la banda de hard rock Spirit. En esta canción podemos escuchar a Cooper dejando de lado su tono gastado para sacarle a su garganta los mejores rangos con el tono bien grave, casi cavernario, en una notable actuación.

La sigue el medley de los Doors con “Five To One” y “Break On Trough” con la participación del guitarrista Robby Krieger, integrante del grupo liderado por Jim Morrison. El afamado productor Charlie Judge toca el farfisa (un órgano electrónico de los ‘70) y el baterista de Paul McCartney Abe Laboriel, los acompaña. Otra vez la voz de Cooper se lleva todo el mérito, buscando un tono bien grave, casi a lo Elvis, y trasladando a la gente al Sunset Boulevard de los reventados 70’s, como si fuera una película de Tarantino o la banda de sonido de “Boggie Nights”, la película sobre el auge de la pornografía en aquellos años que realizó Paul Thomas Anderson.

El recuerdo de otro grande

Otro gran compositor y cantante rockero como Harry Nilsson, también californiano, amante de las noches de whisky, drogas y reinas del porno, es homenajeado con un medley de sus hits “One” y “Jump Into The Fire”, que sirven para que las nuevas generaciones conozcan a este talentoso músico amigo de John Lennon, de Ringo Starr, de los Rolling Stones, de The Mamas and The Papa’s y de George Harrison, que en 1969 cobró gran popularidad por su tema “Everybody’s Talking”, central en la banda sonora de la película “Perdidos en la noche” (“Midnight Cowboy”) que protagonizaron Jon Voight y Dustin Hoffman.

En este segmento, el Doors Robby Krieger sigue a cargo de las guitarras junto a Depp, Henriksen y Witkin, mientras que la batería tiene un gran trabajo de Dave Grohl, ex líder de los Foo Fighters, que bajo ningún punto de vista quería perderse el participar en un álbum así.

Entra la leyenda

Sin perder la marcha entra en el estudio una leyenda, el hombre que bautizó al heavy metal con “Helter Skelter”, Sir Paul McCartney, para cantar su clásico “Come And Get It” que se editó en la Antología 3 de los Beatles, a pesar de que McCartney grabó todos los instrumentos de la canción.

La historia cuenta que McCartney le prestó su canción a los Badfinger, que la llevaron al primer puesto del ranking y que además la usaron como banda sonora de “El mago Christian”, una bizarra película que protagonizaron Peter Sellers y Ringo Starr en 1969.

McCartney se roba todo el protagonismo cantando descosido, secundado por Copper, con quien entra en un duelo de alaridos hacia el final, tocando el piano y el bajo, mientras el Aerosmith Joe Perry se hace cargo de la guitarra en una estupenda versión.

Esta participación y la que hizo para el documental “Sound City” con los ex Nirvana Dave Grohl y Kirst Novoselic, demuestran que McCartney no es ningún blando y explican por qué dos dioses del metal como Ozzy Osbourne y Alice Cooper, lo consideran una influencia clave.

Más covers y un cierre brillante

El clásico de John Lennon “Cold Turkey” tiene una versión bien poderosa, cargada de destellos de heavy metal, con la guitarra de Perry sacando chispas y Cooper recordando sus épocas de adicto a la heroína, tal como lo cuenta la canción que sirvió para que el ex Beatle dejara esa droga, por pedido de Yoko Ono.

El Eagle Joe Walsh se queda en la guitarra para una versión blusera, densa de “Manic Depression”, de Jimmy Hendrix, con Zach Starkey en batería, mientras Alice Cooper vuelve a sorprender cantando sin gastar la garganta, dándole un toque más blusero con tonos graves y modismos rockeros de los ‘70.

Los Small Faces, líderes de la movida mod en Gran Bretaña de los 60 junto a los Who, no podían quedar afuera y Depp y Cooper los homenajearon versionando en un estilo más moderno “Itchycoo Park”, con un gran trabajo de todos los músicos, coros algo psicodélicos, un estribillo bien pegadizo y un gran trabajo de las guitarras.

Lo sigue un interesante medley en contra de los métodos educativos violentos y retrógrados compuesto por “School’s Out”, una canción de la Alice Cooper Band de 1972 que se une progresivamente con el clásico de Pink Floyd “Another Brick In The Wall parte 2”.

La pandilla que se suma es puro brillo, con Brian Johnson compartiendo estrofas con Cooper, mientras Joe Perry y Slash se trenzan en emotivos duelos de guitarras, arañando sus Gibson, mientras los secundan Neal Smith en batería y Dennis Dunaway en bajo, miembros originales de la Alice Cooper Band de los años 70, un grupo notable del hard rock teatral y el heavy metal.

El medley es electrizante, el trabajo instrumental es notable, ya que permite recuperar una gran canción como “School’s Out” y Johnson grabó sus mejores partes vocales de los últimos años para acompañar a Cooper y darle un toque más hard al clásico de Pink Floyd.

Y para que nadie olvide que este es un disco grabado por absoluto placer, por amor al rock and roll, al whisky, a las fiestas interminables, los Vampiros de Hollywood cierran con una canción propia: “My Dead Drunk Friends” (Mis queridos amigos borrachos), con un tono bien de fiesta, con coros a lo Alice Cooper Band y un gran trabajo de todos los músicos que pone un broche brillante a una placa que da gusto escuchar y que marcará la memoria musical de más de uno.

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