El día 5 del mes pasado, en esta columna editorial, bajo el título “Reconstruyendo instituciones esenciales”, destacamos el positivo proceso que se estaba verificando en Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, destruido por la intervención de Guillermo Moreno, durante el kirchnerismo. La designación del economista Jorge Todesca al frente del organismo, quien había enfrentado jurídicamente la sanción impuesta por Moreno por publicar índices de precios, no sólo era acertada profesionalmente sino todo un símbolo ético y político.
Igualmente destacábamos la actitud del nuevo director de recuperar para el organismo funcionarios de alta calidad profesional que habían sido desplazados o despedidos en 2007. En particular nos referíamos a Graciela Bevacqua, quien entonces estaba a cargo de los índices de precios, ahora designada directora técnica. Esta especialista, de profesión matemática, es considerada y respetada internacionalmente por sus conocimientos en el tema índices de precios. De ahí que su reincorporación fue recibida en los ambientes profesionales con entusiasmo.
Desde que ambos funcionarios asumieron sus cargos hicieron expresas declaraciones que por varios meses el país no tendría algunas estadísticas, hasta que se reconstruyera plenamente el organismo. Bevacqua fue muy clara al decir que llevaría unos ocho meses contar con los nuevos índices de precios. Si bien en los ambientes técnicos hubo algunas opiniones que sostenían que el tiempo podía ser menor, en general se privilegió la seriedad.
Precisamente en este sentido el economista Juan Carlos de Pablo decía en su “newsletter” el 18 de enero: “Hacen bien Todesca y Bevacqua en no apurarse a publicar estadísticas. No deben arriesgarse a perder la recuperada credibilidad”.
Mientras, desde el Ministerio Hacienda se tomaron algunas decisiones que avalaban tal criterio de tiempo. Se adoptó el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires para conformar el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) por el cual se indexan varias series de bonos emitidos por el gobierno nacional.
También desde el Indec se informó que tanto el índice mencionado y el IPC que elabora la provincia de San Luis eran confiables y aceptados para seguir la evolución de la inflación. Además se recalcó que no había prohibición alguna para que instituciones y consultoras que elaboran índices de precios publicaran los suyos. Los legisladores de la oposición decidieron retomar el IPC Congreso, que había dejado de publicarse después de las elecciones.
Ahora, sorpresivamente, el andamiaje de reconstrucción institucional sufre un duro golpe en pocas horas al ser desplazada de su cargo Graciela Bevacqua. Según la información que ha trascendido, desde los más altos niveles del Poder Ejecutivo se habría exigido a Todesca abreviar los procesos de restablecimiento de los múltiples indicadores económicos que elabora el Indec, a fin de normalizar el Sistema Nacional de Estadísticas.
Según las propias declaraciones de la funcionaria desplazada, ella habría sostenido que no resultaba posible elaborar desde cero un índice de precios confiable en tan pocos meses. Señalaba las graves dificultades encontradas en el organismo tanto en cuanto a equipamiento, bases de datos, como recursos humanos capacitados. El final es conocido le pidieron la renuncia, o la despidieron, sin cuidar demasiado las formas.
Ha dicho con razón nuestro colaborador Ismael Bermúdez, que Bevacqua “más que una técnica en estadística simbolizaba la resistencia de nueve años a la manipulación de las estadísticas oficiales”. La misma afectada dice que “los apresuramientos políticos no coinciden con la seriedad y robustez técnica de los índices de precios”.
