Según diversos sitios chimenteros, Verónica Ojeda (participante del “Bailando 2015” y ex de Diego Maradona) habría vuelto a su primer amor, un empresario llamado Ariel a quien conoce desde hace 17 años.
Después de dar fin a su relación con Pablo Pugliese, Ojeda habría apostado a su primer amor de juventud, con quien estuvo de novia cinco años. “Fue un gran amor y muy lindo en mi vida”, dijo la blonda.
La noticia viene a cuento a la hora de reflexionar sobre diversos interrogantes: ¿se puede volver a amar a alguien que se ha dejado? ¿La segunda vuelta es factible entre dos personas que decidieron cortar la relación (si hay ganas, y no hay heridas de traiciones graves para el vínculo)? ¿Es positivo haberse conocido más, en el pasado?
Los interrogantes son variados, diversos, de diferente tamaño y color, no sólo porque cada persona y pareja es un mundo, sino porque quien haya decidido romper (o en el caso de que haya ocurrido de mutuo acuerdo) ha tenido distintas causas para hacerlo: desde la traición más grande, hasta el desamor, las peleas, o la confusión.
Sin embargo el vínculo no es un rompecabezas fácil de armar a gusto y piacere. Muchas piezas no encajan de la misma manera y, si hay ganas y amor para intentarlo, suman pero no bastan para una relación “nueva” y superadora de la que se tuvo.
La psicóloga vincular Paula Corso nos ayuda a desenredar la temática, proponiendo una reflexión real para ver si encauzar lo que generó el quiebre es posible.
Ese hermoso trabajo llamado "pareja"
Laborioso y como un grano de arena que se coloca cada día para llegar a construir una fortaleza. Así pareciera plantearse el vínculo sentimental entre dos personas que deciden y desean estar juntas. Sin embargo, una ruptura, y una nueva apuesta hacia una ex relación implican muchos aspectos.
“A veces se puede dejar, sin dejar, si se vuelve a una relación es porque entonces no hubo un corte”, explica Corso desde el principio.
- ¿Una persona puede volver a enamorarse si el sentimiento quedó latente, y no hay heridas o quiebres insuperables?
- Desvincularse o revincularse de alguien es un proceso. Puede haber alguien que haya cortado o dejado a otra persona por alguna circunstancia determinada, y luego volver; ya que los vínculos o procesos inconscientes que los unían no han sido cortados, de lo contrario, no se vuelve. Hay vínculos que llevan sus procesos.
- ¿Puede suceder que una de las partes vuelva sólo para poder cerrar la historia?
- Claro que sí. Uno puede tomar decisiones conscientes de desvincularse de alguien, pero los procesos inconscientes de vinculación son diferentes y tienen otros tiempos. Entonces se puede volver a una ex relación para poder desvincularse desde lo inconsciente, o para revincularse de nuevo. El proceso de vinculación con un “otro” desde lo afectivo es complejo.
Pueden tomarse decisiones desde lo consciente de algunos criterios que uno evalúa racionalmente en la realidad, pero hay que entender que el mundo afectivo tiene otra lógica. En ese mundo hay muchos aspectos inconscientes que se procesan de otra forma.
- ¿Cómo se logra el proceso de revinculación cuando hay ganas y sentimientos?
- El trabajo de estar con un otro tiene que ver con “acuerdos”. Los mismos son conscientes e inconscientes. Lo que hay que ver y revisar fundamentalmente en esa segunda vuelta es poder visualizar, y hablar respecto a cuáles fueron las condiciones que se dieron para el quiebre en ese ensamble, qué aspectos adversos no favorecieron a la dupla o no permitieron el desarrollo de la misma.
También reflexionar acerca del lugar de la pareja en ese ensamble. Entonces si hay intención o ganas de seguir en la pareja, ambas personas deberán repactar y rever qué es lo que hizo que esa relación no funcionara. El vínculo y la química no se reestructuran por arte de magia.
- ¿Por ejemplo en el caso de familias ensambladas, o parejas con hijos, si hay sentimientos y ganas, la vuelta implicaría un nuevo acuerdo?
- Siempre. El vínculo de pareja es un vínculo que, si está vigente pero no logró incorporar otros aspectos que no tienen que ver con la pareja en sí, pero que sí se vincula con el otro, necesita repactarse; porque lo que evidentemente pasó es que no se logró un buen acuerdo para darle el lugar a la pareja.
- Cuando se logra hablar lo que sucedió y si hay sentimientos, ¿se tiene éxito?
- Como todo es un trabajo interior y con el otro, no es sencillo. Cuando la pareja vuelve es porque el corte que se hizo no fue un corte afectivo, sino circunstancial. Si se vuelve es porque hay pareja, dependerá de cada dupla si la calidad de la pareja mejora o no. Si no se trabaja, no se repacta o reacuerda, es muy difícil tener éxito.
Es pasar por lo mismo dos veces si no se cambian las condiciones que generaron ese primer corte. El resultado sería exitoso si esa pareja puede hacer experiencia de lo que le pasó y no repetir lo que los puso en el primer corte.
- ¿Es más flexible el "ir y volver" en esta época para una relación?
- Tengo una hipótesis... Considero que en el mundo en el que estamos viviendo la vincularidad se hace desde lo virtual. Estamos más comunicados por medio de las redes sociales, pero más incomunicados a la vez, ya que esto hace que la calidad y continuidad de los vínculos sean más débiles o lights, frente a un otro cuya corporalidad real, no está.
Antes el tema de la soledad en las personas tenía su peso, hoy uno se queda solo y tiene, por medio de las redes y las comunicaciones (Whatsapp, Facebook, chats) interacciones con otros. Sin embargo allí radica la paradoja.
- ¿En qué sentido?
- Porque estamos con más posibilidad de comunicación e interacción, pero seguimos estando solos, buscando a ese alguien real más allá de la red.
- ¿Es positivo sumar a un psicólogo para que la pareja sea guiada en ese nuevo intento?
- Si una de las partes se planta en un malestar con el otro, no sirve, por eso está bueno guiarse por un profesional que ayude a repensar la pareja, y las condiciones para que la misma sea más productiva y satisfactoria.