Con practicidad, individualidades como las de Rubén Ramírez y Juan Garro, y algunas facilidades que le dio Rosario Central, Godoy Cruz se llevó del “Gigante de Arroyito” una gran victoria fuera de casa.
Derrotó al conjunto local por 1 a 0, y de esa manera se recuperó de la dura caída sufrida el fin de semana pasado ante River Plate, cuando fue goleado por el elenco de Marcelo Gallardo.
El partido resultó discreto de principio a fin. Central intentó tomar el protagonismo, pero de inmediato se vio a un equipo desprolijo tácticamente, partido en la mitad de la cancha, y sin ideas para crear situaciones de gol.
Ni siquiera podrá esgrimirse en favor del equipo dirigido por Miguel Angel Russo el hecho de haber jugado con un hombre menos 55 minutos por la expulsión del uruguayo Sebastián Abreu a los 39 del primer tiempo, tras un codazo al paraguayo García Guerreño.
Ante ese panorama, Godoy Cruz, que se quedó con 10 en el arranque del segundo tiempo por la injusta expulsión de Luis Jerez Silva, supo ser inteligente y sacó buen provecho de la situación, especialmente a partir del ingreso de Garro (en el inicio del complemento por Lucas Ceballos), quien desequilibró por izquierda.
A los 6 minutos Garro pudo adelantar a su equipo, pero el suave remate que realizó tras haber dejado en el camino a Mauricio Caranta fue sacado a un metro de la línea de sentencia por el preciso cierre de Rafael Delgado.
Esa advertencia no despertó al “Canalla”, y en su segunda aproximación, el equipo Bodeguero llegó al gol, el que sería definitivo en en el marcador.
Sergio Velázquez ganó una pelota por derecha, envió el centro y Rubén “Tito” Ramírez, entre la pasividad de Paulo Ferrari y Tomás Berra, cabeceó al gol. El delantero colocó el balón abajo y superó la estirada de Mauricio Caranta.
Central siguió siendo un equipo sin reacción, pero aún así pudo conseguir el empate a los 29 minutos cuando José Valencia quedó mano a mano con Sebastián Moyano. El delantero no tuvo un buen ángulo para rematar, y su disparo dio contra el cuerpo del arquero mendocino.
El dueño de casa fue pura impotencia ante un rival que se defendió muy bien y conservó la ventaja conseguida por su máximo goleador.
Rosario no juega bien, pero pierde bien. Lo que justamente le sucedió ante Godoy Cruz.
Para el Tomba fue un renacer luego de la tormenta.