Celebrar los 75 años de una institución educativa es una fiesta, y así lo está viviendo desde hace unos días el Colegio del Carmen, de San Rafael. La alegría de tantos años educando niños, con varias generaciones que pasaron por sus aulas, se completa con la restauración de la capilla, realizada por un papá del colegio como regalo por tan importante fecha.
Este establecimiento educativo que hoy tiene más de 1.800 alumnos en todos los niveles -inicial, primario, secundario y superior- abrió sus puertas en 1939 cuando San Rafael tenía unos 25.000 habitantes y pocas escuelas primarias y secundarias.
La obra
La capilla del Colegio del Carmen, que tiene tantos años como el establecimiento educativo, fue restaurada por el arquitecto Marcelo Leal, papá de un alumno. Allí se buscó darle al edificio una puesta en valor desde el punto de vista arquitectónico e histórico.
Para guiar el proyecto, el profesional tuvo en cuenta los principios rectores de la escuela, respetando los detalles de cada época. Además, se solicitará que se declare a la capilla patrimonio histórico departamental.
Para la restauración del edificio de la capilla, primero se observaron diversas fotos de distintas épocas con figuras de ángeles y unas balaustradas que hace años fueron sacadas. Ahora, las imágenes fueron redistribuidas para que cada una tenga un espacio especial, y se dispuso una nueva iluminación que las destaca.
La idea de restaurar la capilla se sumó al crecimiento de la institución que construye sobre calle Bombal, junto al gimnasio, una ampliación de sus aulas. Una vez terminada funcionará allí el nivel primario.
La rectora, Alejandra Pretel, comentó que el próximo año se inaugurará esa etapa del edificio y manifestó el agradecimiento a los sanrafaelinos, que siguen encontrando en el colegio una buena alternativa para educar a sus hijos.
“En 2004, con la apertura de la Universidad Católica de Cuyo, empezó a dar respuestas a esas demandas”, dijo.
La historia
Si bien el 1 de marzo de 1939 la madre Josefa, y las hermanas Ángela y Carmen -de la Congregación de las Carmelitas Misioneras Teresianas- abrieron las puertas del Instituto “Del Carmen”, el origen de la escuela se remonta a 1935 cuando un grupo de damas de beneficencia, presididas por Amalia Julián de Julián, fundan un asilo para huérfanos y ancianos que llamaron “Asilo de la Virgen de la Merced”.
Al tiempo esa institución pasó a manos de religiosos por pedido de las fundadoras, y el sacerdote José Santos logró que se hicieran cargo de la misma en 1936 las hermanas Carmelitas Teresianas con la promesa de crear una escuela.
Cuando comenzó su actividad el Colegio del Carmen funcionaba en un edificio de calle Mitre al 300 y tenía 102 alumnas de 1° a 4° grado, estudios de música y piano. Pero gran cantidad de familias querían enviar a sus hijas a estudiar allí -en un principio y por décadas fue una institución exclusiva de niñas- por lo que en 1941 se decidió el traslado a un lugar más cómodo. Así comenzó a funcionar donde actualmente está, en Comandante Salas al 300, a metros de la plaza San Martín, en pleno centro de la ciudad.
Con el paso del tiempo completó el ciclo primario y en 1953 incorporó el secundario. En 1990, hizo un gran cambio al empezar a incorporar varones a sus aulas.
En 1956 sumó los profesorados para formar los docentes que demandaba el departamento.
Al nivel superior asisten unos 800 alumnos que cursan las carreras propias de la institución y otras que se están cerrando, porque dejan de tener carreras de la Universidad Católica de Cuyo. No obstante, se incorporarán a partir de 2016 tres carreras de la Universidad de Congreso, como la licenciatura en Ciencias de la Educación para profesionales, docentes y técnicos con una duración de 18 meses; y las licenciaturas en Psicopedagogía y en Fonoaudiología, ambas de cinco años de duración.
Por otro lado, trabajan en la institución 230 personas, entre docentes y no docentes.
En la actualidad, la superiora de la congregación es la hermana Silvia, quien llegó hace dos años al sur mendocino. “El colegio tiene un espíritu de familia que me alegró encontrar cuando llegué, porque es uno de los principios del fundador el Beato Francisco Palau, religioso carmelita descalzo”, contó. Según detalló el fundador de la congregación de las Carmelitas Misioneras Teresianas -en Ciudadela Diócesis de Menorca, España, en 1860- quería que se trabajara en una misión apostólica que era educar a los niños y jóvenes.
Los festejos por los 75 años comenzaron en setiembre con un almuerzo familiar en el gimnasio del colegio. En octubre se realizó un torneo deportivo de los ex alumnos y un equipo misionero se trasladó a El Sosneado. También se hizo una misa de la familia, en la que se bendijeron las obras de la capilla que fue totalmente restaurada.