¿Restaurar o cambiar “viejo” por moderno?

¿Restaurar o cambiar “viejo” por moderno?
¿Restaurar o cambiar “viejo” por moderno?

Luego de la reciente inauguración de la renovada Plaza San Martín, la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza anunció la puesta en marcha de la remodelación de la Plaza España.

Sin ser experto en el tema, creo que desde el principio la puesta en valor de dicho espacio verde está incorrectamente planteada, ya que se habla de una remodelación y no de una restauración, que es lo que debería realizarse en un espacio con una personalidad histórica tan marcada. Remodelar es "reformar algo, modificando alguno de sus elementos, o variando su estructura", mientras que la restauración contempla, según la RAE: "Reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía".

La Plaza España fue ideada, aunque no con ese nombre, hace más de 155 años -1863, tras el terremoto que azotó nuestra provincia en 1861- por el Ing. Julio Balloffet, a quien el gobierno local le encomendó el diseño de la nueva Ciudad de Mendoza. Con el paso de los años, y tras varios cambios en su nombre,  en 1949 se inauguró la Plaza España, cuyo elemento central es el "Monumento a la Hermandad Hispano-Argentina" que adorna dicho lugar, junto con el marcado estilo andaluz que tanto la caracteriza.

Nuestra historia es reciente y así también nuestra arquitectura. No encontramos en nuestras ciudades edificios o sitios con varios siglos de antigüedad como sucede en Europa, donde incluso una plaza puede llegar a datar del siglo XVI. Pero es justamente esto lo que debe llevarnos a respetar lo más fielmente posible el legado que hoy tenemos, intentando dejar atrás las constantes modificaciones y destrucción de nuestros edificios históricos. Sirve como ejemplo la amputación de 6 brazos del Cabildo de Buenos Aires, o la destrucción del Teatro Municipal de Mendoza, inaugurado en 1870 frente a la Plaza San Martín y destruido en la década de 1940 por la Municipalidad de Mendoza.

Son estas las cosas que podemos plantearnos al escuchar las palabras del secretario de Infraestructura de la Ciudad, Arq. Mario Isgro, quien  dijo que parte de la puesta en valor de la Plaza España contempla el recambio total del piso de la plaza, remplazando las clásicas baldosas lisas color terracota (las cuales fueron colocadas de forma particular para permitir insertar entre ellas las mayólicas españolas) por baldosas de granito reconstituido rojo cuadriculado, al estilo de las utilizadas en las nuevas veredas que se están construyendo en el marco del Plan de Renovación Urbana (por ejemplo, las colocadas en el nuevo paseo Arístides Villanueva). Dicha renovación también incluye el recambio de las mayólicas españolas por otras nuevas de mano de obra local (¿tendrá la Municipalidad la delicadeza de controlar que las mayólicas originales que se retiren en buen estado se utilicen para otro fin, o terminarán en contenedores de basura?).

Esto mismo se realizó en la continuación de la plazoleta Vergara entre calle Arístides Villanueva y Tiburcio Benegas, espacio que cuenta con un piso del mismo estilo que el utilizado en la Plaza España. Solo hace falta acercarse a dicha plazoleta para cerciorarse de la gran diferencia entre ambos estilos y cómo esto afectaría a la Plaza España, produciendo un enorme cambio en la visual ya que no se respetan materiales, estilos, formas de colocación, etc., en fin, llevando a una pérdida de la idea original de dicho espacio.

Es posible que las autoridades municipales lo desconozcan, pero existen normas que justamente velan por regular la restauración de sitios históricos. Es ejemplo de esto, la llamada Carta de Venecia, firmada en el año 1964, que tiene como fin establecer los principios comunes que deben presidir la conservación y la restauración de monumentos y sitios históricos. En su Art. 9 la mencionada carta establece que "La restauración es una operación que debe tener un carácter excepcional. Tiene como fin conservar y revelar los valores estéticos e históricos del monumento y se fundamenta en el respeto a la esencia antigua y a los documentos auténticos. Su límite está allí donde comienza la hipótesis: en el plano de las reconstituciones basadas en conjeturas, todo trabajo de complemento reconocido como indispensable por razones estéticas o técnicas aflora de la composición arquitectónica y llevará la marca de nuestro tiempo. La restauración estará siempre precedida y acompañada de un estudio arqueológico e histórico del monumento".

Es importante, resaltar lo expresado al final de dicho artículo: una restauración implica un trabajo histórico y por lo tanto multidisciplinario, en el que participen arquitectos y técnicos especializados en la restauración. No puede ser realizado sin esta supervisión y no se trata simplemente de cambiar algo "viejo" por un nuevo producto sin tener en cuenta cómo esto afectará al resultado final. No debemos pasar por alto como vecinos de la ciudad un proyecto tan importante como el que está encarando la Municipalidad y por ello debemos exigir que se realice siguiendo los máximos estándares, tanto de calidad como de respeto por lo que se esta modificando.

Es probable que en el actual contexto económico y social en el que se realiza esta obra esta opinión sea tildada de frívola o banal, pero estamos hablando de una obra para la cual la Municipalidad ya destinó la enorme cifra de 35 millones de pesos. Por ello, es responsabilidad de todos cuidar que ese dinero se utilice de la mejor forma posible para que así un lugar tan querido tanto por mendocinos como por turistas que visitan nuestra ciudad, no sufra una alteración que lejos estará de aportar algo positivo a la puesta en valor de la Plaza España.

Gonzalo E. Oviedo
DNI 39.241.340

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