La DGE no da respuestas sobre los libros que mandó la Nación

Los libros tienen contenido de alto voltaje, que incluyen denigración a la mujer. La DGE dice que no decide sobre esos envíos.

La DGE no da respuestas sobre los libros que mandó la Nación
La DGE no da respuestas sobre los libros que mandó la Nación

Sexo explícito, valores tergiversados, groserías, ridiculización de creencias, violencia, son algunos de los condimentos que contienen una serie de libros que el Ministerio de Educación hizo llegar a las bibliotecas de varias escuelas mendocinas con el fin de contribuir a la "formación" del alumnado.

Definitivamente sorprendidos, directivos y docentes reaccionaron no sólo impidiendo la circulación del material sino, además, denunciando la situación en medios, redes sociales o consultando con especialistas. El material lleva impreso el sello del Ministerio lo cual implica su aval.

Para quienes pudieron hojear las páginas lo que más llamó la atención son historietas -particularmente las del libro "El Inspector Justo"- en las cuales hay casos de asesinatos, violaciones, mención a creencias de la Iglesia Católica en tono humorístico, uso de drogas, entre otros conceptos que se consideran desvirtuados.

Así, ayer se escucharon todo tipo de interpretaciones: desde la indignación por el contenido hasta argumentos que pretendían restar gravedad al asunto considerando que dichos juicios de valor se hacían en el marco de una "sociedad pacata".

No faltaron interpretaciones que lo consideraron una operación política en pleno cierre de campaña así como quienes supusieron que esto va más allá y está vinculado a intereses económicos. Como ya se sabe "una imagen vale más que mil palabras" y son justamente las ilustraciones las más cuestionadas.

Tan difícil ha sido sostener este accionar que desde el Ministerio aceptaron que los libros son absolutamente inapropiados y que por ello se dispuso el retiro de aquellos ya entregados y la suspensión de la distribución de aquellos que aún no llegaron a destino. En este sentido, si bien la olla se destapó en Mendoza, los libros también fueron distribuidos en otras provincias.

En tanto la Dirección General de Escuelas -el gobierno local- se limitó a decir que no tiene injerencia en lo que Nación envía directamente a cada colegio y que de hecho ni siquiera habían visto los libros por lo cual ningún funcionario haría declaraciones, pero que se retiraría el material.

Interrogantes

"Lo saqué de circulación", afirmó Liliana Goldar, directora de una escuela que señaló que lo más cuestionable son las ilustraciones mientras que desde su punto de vista la mayor dificultad es que requieren de un acompañamiento muy cercano en la lectura y eso es algo que no necesariamente puede hacerse en las aulas y duda que muchos padres hagan.

"Le pregunté a la referente -del colegio- en Educación Sexual si los alumnos de cuarto o quinto año estaban preparados para esto y me contestó que no", explicó. Sin embargo, consideró que en caso de que los alumnos quieran verlos no se lo impediría, pero mediaría en la interpretación mientras que aseguró: "Me ha llamado la atención que muchos adultos del colegio que no se acercan habitualmente a la biblioteca a pedir ejemplares han pedido ver estos". Al igual que otros docentes destacó, sin embargo, la buena calidad y cantidad de los libros que está enviando el Gobierno nacional.

La preceptora de un colegio secundario, Raquel Fernández, explicó que llegaron en cajas cerradas para la biblioteca, pero "no pueden usarse, no vienen calificados por edad por lo cual cualquier chico puede acceder a ellos".

Osvaldo Calvente, director de la escuela técnica Ingeniero Guillermo Villanueva de Maipú igualmente asombrado explicó que siempre llegan cajas con libros desde el Ministerio que son revisadas minuciosamente. "Detectaron que en un paquete de 30 libros había 10 con este contenido" -contó el docente-. "Son de lectura como podría ser Mafalda, que también nos llegó. Uno debe chequearlo, inventariarlo y después los difunde entre los profesores de lengua. Yo decidí retirarlos inmediatamente. Esto no va a estar nunca en la biblioteca", sentenció.

El grupo de Facebook ?Docentes mendocinos independientes' también reflejó la polémica a través de un intenso debate. Aunque la mayoría cuestionó el material aduciendo que se trata de contenido adulto no propicio para los adolescentes, también hubo argumentos como el de Caroline L. que menciona: "Se horrorizan tanto con un libro cuando los chicos de quinto, sexto o séptimo grado ven películas condicionadas y no tienen ningún pudor en contarlo".

El rol de la escuela

El reconocido psicopedagogo Alejandro Castro Santander tuvo la oportunidad de ver los libros luego de que algunos docentes preocupados se los mostraran. Allí pudo ver que drogan a una mujer para violarla, que se la cosifica, una orgía; uso de terminología inadecuada y la ridiculización de creencias de la Iglesia Católica como por ejemplo "Cordero de Dios (...) dame tu lana para hacer un suéter" o "San Cayetano no me pagaste los viáticos". Desde su punto de vista "hablar sólo de lo sexual es quedarse corto. Lo que se ve es vulgaridad".

Se trata de "meter todo lo vulgar que ya está en la sociedad dentro de la escuela, que en realidad tiene como función la enseñanza sistemática de la cultura para formar futuros mejores ciudadanos". Consideró que "hay libros que son directamente una porquería y lo que se está haciendo es fundamentalmente un daño emocional ya que esto es un llamado al uso de la violencia, de drogas y pornografía". Tildó de gravísimo que la DGE no haya visto lo que calificó como "veneno literario".

En tanto, la psicóloga y psicopedagoga Cristina Reta, quien se desempeña en distintos colegios, señaló que se están vulnerando los derechos de niños y adolescentes. "Tienen derecho a una formación sana y esto se está haciendo de manera intrusiva, con situaciones bizarras en una etapa psicosexual de mucha vulnerabilidad", opinó. Cuestionó la inversión realizada en este material inapropiado, el aval del ministerio y la gran cantidad de escuelas a las que llegaron.

La profesional mencionó además que está penado por ley suministrar material pornográfico a menores de 14 años. El uso de cierta terminología y ciertos códigos puede estar relacionado con la intención de buscar un acercamiento con los jóvenes. Sin embargo, el respaldo del sistema escolar a este contenido termina dando aval y naturalización a disvalores fundamentalmente porque está destinado a una franja etaria en la que hay internalización de normas y valores. "Se está transgrediendo la formación de la psiquis en general más allá de lo sexual", concluyó.

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