Numerosas empresas mendocinas desarrollan acciones que contribuyen a disminuir el impacto ambiental de sus actividades. En algunos casos, esto está vinculado a la necesidad de reducir el consumo de servicios como energía eléctrica y gas, a partir de la utilización de opciones "limpias". En otros, se trata de firmas que apuestan a un modo diferente de hacer negocios, en los que no sólo se gane dinero, sino que también se genere una contribución positiva en la comunidad.
Lo cierto es que esto les permite, además, posicionarse como una firma responsable, con una mejor imagen en la sociedad, y responder a las demandas de mercados internacionales, en los que el cuidado del ambiente comienza a ser un requisito para satisfacer a clientes cada vez más exigentes con las marcas.
Jimena Sánchez, representante para Latinoamérica de Amfori (una organización europea que tiene como socios a unos 2.500 supermercados y cadenas de comercialización en todo el mundo), explica que los importadores le prestan atención al precio y la calidad de los productos que compran, pero también a las condiciones en que se producen. "Responder a ciertos parámetros puede convertirse en una ventaja competitiva, mientras no hacerlo significa en ocasiones una barrera comercial", aseguró.
Amfori, por ejemplo, tiene un código de conducta, que contempla principios establecidos por otras entidades -OMT, OCDE y la Declaración de Derechos Humanos de la ONU-, para asegurarse de que los miembros y sus proveedores no tienen situaciones de trabajo esclavo ni infantil, no ejercen algún tipo de discriminación ni actos de corrupción y son sustentables ambiental y socialmente.
En Mendoza hay más de 60 bodegas que adhirieron a este código y son auditadas, lo que les permite llegar a las góndolas de supermercados en países como Suecia, Finlandia, Noruega y Dinamarca, en donde el paradigma del consumo responsable está muy instalado.
Sánchez agregó que, si bien aún no se conocen los detalles, el acuerdo Mercosur-Unión Europea contempla algunos aspectos de sustentabilidad. De hecho, además del desafío para las empresas locales de ganar competitividad, estará también el de alcanzar estándares como la certificación de normas ISO 14001 (de sistemas de gestión ambiental) o calcular la huella de carbono, para ajustarse a las exigencias internacionales.
En el camino
Victorio Altieri es una empresa mendocina dedicada a la fabricación de cápsulas de sobretaponado, principalmente para vinos y espumantes. El año pasado, instalaron paneles solares con los que lograron autogenerar entre un 15 y un 20% de la energía que consumen (se trata de una industria con un uso intensivo de electricidad). Además, cuando la planta no funciona -sábados a la tarde y domingos- vuelcan en la red, lo que representa un 13% de la autogeneración.
Desde la firma detallaron que, a partir de la instalación, han generado un ahorro de 47,71 toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale a la contaminación producida por un automóvil al recorrer unos 318 mil kilómetros. El mismo efecto se hubiera alcanzado al plantar un bosque con 1.300 árboles. En mayo, duplicaron la cantidad de paneles solares, con lo que también aumentaron la generación de energía hasta un promedio de 30% a 40% del total que utilizan, aumentaron el vuelco a red y redujeron aún más la huella de carbono.
En este sentido, señalaron que buscaron tanto el beneficio económico en cuanto a ahorro de energía, como realizar un aporte para proteger al medio ambiente. En Victorio Altieri fabrican las cápsulas con un laminado de polietileno biodegradable y recuperan los solventes utilizados en el proceso, a través de un destilado, lo que reduce la cantidad de residuos peligrosos.
Para cuidar el agua, en Bodega Norton utilizan riego por goteo en el 90% de los viñedos y procedimientos de lavado y sanitización que minimizan el consumo de este recurso en las áreas de elaboración y fraccionamiento. Asimismo, los efluentes son destinados al reúso agrícola.
En cuanto al aprovechamiento de la energía, reemplazaron las lámparas incandescentes por Led, instalaron sistemas automáticos para el encendido y apagado de la iluminación, y usan equipos de frío eficientes. Por otra parte, han implementado un sistema de gestión de residuos, con separación, reducción y reciclado. Norton utiliza la primera "botella ecológica" del país, con menos peso y la misma seguridad, y se reemplazan materiales por otros de menor impacto ambiental.
“Todas estas acciones las realizamos con la convicción de continuar con nuestro negocio por muchos años más, teniendo el compromiso de cuidar nuestros recursos. Gracias a esto, nuestro indicador de consumo de agua está por debajo de la media mundial, hemos logrado aumentar la tasa de recuperación de residuos en un 10% y disminuido un 10% el consumo de energía de toda la bodega”, planteó Andrés Milone, gerente de Recursos Humanos de la empresa. Parte de la identidad de la firma se sostiene en la frase “Nos reconocemos parte de la naturaleza”.
Las bodegas que exportan comprendieron antes la importancia de desarrollar acciones de sustentabilidad ambiental y compromiso social. En Bodegas Chandon apuntan a un desarrollo equilibrado, que incluya tanto el aspecto económico como el social y el cuidado del medio ambiente.
Además de instalar 18 caudalímetros en distintos sectores de la bodega, para optimizar el uso del agua, al final del recorrido el líquido va a una planta de tratamiento de efluentes industriales. Estos -99 mil metros cúbicos por año en Chandon y 9 mil en Terraza de los Andes- se utilizan para regar un bosque de 3 hectáreas de eucaliptus y un viñedo de más de una hectárea de cabernet en el primer caso, y un viñedo y una plantación de álamos en el segundo.
Por otra parte, Chandon tiene un programa de educación en valores, del que participan escuelas primarias del entorno de la bodega y los viñedos, para que los estudiantes tomen conciencia de la importancia del cuidado de los recursos.
Plan hasta 2030
El grupo LafargeHolcim, que elabora cemento y hormigón, y tiene presencia en 80 países, cuenta con un Plan de Desarrollo Sostenible 2030, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Este se sustenta en cuatro pilares: clima, economía circular, agua y naturaleza, y personas y comunidades. Muchas de sus acciones apuntan al triple impacto (económico, social y ambiental).
En este marco, Holcim Argentina desarrolla un proyecto de rehabilitación de canteras, en el que quedó incluida la de Capdeville, en Las Heras. Si bien la restauración de los terrenos de los que se extrae la materia prima es un requisito legal, la empresa decidió no esperar hasta el final de la vida útil de la cantera, sino intervenir lo antes posible para que el ecosistema no pierda su equilibrio y el impacto sea mínimo, como también realizar un estudio de base de flora y fauna autóctonas, para elaborar un plan de manejo.
Otra de las acciones son los Neumatones, jornadas de recolección de neumáticos fuera de uso, que se utilizan en los hornos como combustible alternativo (con filtros para no contaminar el aire). De esta manera, se retiran estos residuos de la vía pública, donde son focos de proliferación de mosquitos, y se reduce el uso de recursos naturales no renovables.
Desde la firma resaltaron que los propósitos principales de estas tareas son reducir la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global; innovar para mejorar el desempeño ambiental; aumentar la eficiencia del modelo de negocio; e incrementar la valoración positiva de la compañía por parte de las comunidades que emplean sus productos.
Coherencia y conciencia
Hay 60 bodegas de Mendoza que están adheridas a un código de conducta que les permite entrar a suecia, noruega y otros mercados europeos.
Al momento de construir un nuevo comedor de 400 metros cuadrados, en el Colegio Rainbow decidieron colocar paneles para generar electricidad y calefones solares para obtener agua caliente. Además del ahorro que esto implicará en los próximos años, María de Lourdes Zarco, directora del establecimiento educativo de nivel inicial, primaria y secundaria, subraya que fue un modo de aplicar algo que enseñan a sus alumnos la importancia de utilizar energías limpias.
Con el agua caliente del calefón solar abastecen los sanitarios y la cocina del comedor. En tanto, con los 10 paneles de 270W cada uno, obtienen energía para el colegio y para entregar a la red. Con respecto a estos últimos, la empresa que instaló los equipos calculó las necesidades del edificio y la generación de los equipos, y, considerando una vida útil de 30 años, indicó que en unos ocho paneles amortizarán la inversión (con las tarifas actuales), mientras que en los 22 restantes contarán con electricidad sin costo. "La inversión fue grande, pero genera conciencia en nuestros alumnos", detalló Zarco.