El debate para que en todo el país se legalice el uso de sustancias derivadas de la marihuana con fines medicinales tuvo un nuevo capítulo ayer. Es que el proyecto para autorizar la importación de un aceite para tratar a epilépticos tuvo el visto bueno de la Cámara de Diputados, que le dio media sanción.
En principio, los legisladores nacionales acordaron que el Estado podrá hacer llegar al país y distribuir el aceite derivado de la planta para el tratamiento de niños y adultos que padecen patologías neurológicas de complejo tratamiento, entre ellas, la epilepsia refractaria. Vale decir que este cuadro implica que el paciente no responde a los tratamientos farmacológicos convencionales.
Hasta el momento, el proyecto de ley que ahora quedará en manos del Senado, prohíbe el monocultivo, un pedido que desde hace años vienen llevando adelante los familiares de niños que viven con la enfermedad.
La propuesta, que contó con 221 votos a favor, establece un marco regulatorio para la investigación médica y científica sobre el uso medicinal del cannabis y sus derivados. Además, estipula que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) autorice la importación del aceite siempre que sea requerido bajo prescripción médica. La provisión será gratuita, según el proyecto de Ley.
Según los datos de la Anmat, en el país hay al menos 85 casos que ya fueron autorizados a utilizar el aceite que se fabrica en Estados Unidos.
El precio por cada 125 mililitros ronda 350 dólares. Se llama "Charlotte web oil" o aceite de Charlotte, en alusión a la primera niña que recibió el tratamiento en el país del norte.
Los mendocinos que ya usan cannabis medicinal
Pero lo cierto es que para las familias cuyos hijos sufren de epilepsia con difícil tratamiento, el desafío no es sencillo. Ocurre que además de los permisos para comprar el aceite en el exterior, deben viajar hasta la aduana en Buenos Aires debido a que es necesario ir a buscarlo personalmente porque su traslado oficial hasta las provincias desde donde es solicitado aún es ilegal.
José Luis Ruiz, es uno de los mendocinos que compró el aceite hace cinco meses para encontrar una alternativa que favoreciera al estado de salud de su hija de seis años.
Desde su punto de vista, es una muy buena noticia que desde el Congreso de trate el tema, para lograr que la compra del medicamento resulte más sencilla. Pide de hecho, que sea posible adquirirlo en las farmacias -como sucede en Chile- presentando los mismos papeles y autorizaciones que se exigen ahora, como la receta archivada.
“Los papás que vemos sufrir a nuestros hijos todos los días, queremos que el medicamento sea más accesible”, destaca. Cuenta este papá que cuando compró el aceite para su pequeña -que llegó a padecer 20 convulsiones por día- tuvo que desembolsar mucho más que 350 dólares.
De hecho, desde que inició las gestiones para lograr la autorización oficial hasta que el aceite le fue enviado transcurrieron diez días. como quedó trabajo en la aduana, tuvo que viajar en avión hasta Buenos Aires, quedarse allí y pagar alojamiento. A esto tuvo que agregar dinero extra para abonar el dinero de todos los aranceles que le impuso el Estado.
José Luis tiene esperanza de que en algún momento el cuadro de su pequeña se atenúe. Por eso entiende a todas los padres que además de él, ven en el cannabis una posibilidad para mejorar la calidad de vida de sus hijos.
Es que detrás de los casos “visibles” que han sido autorizados para utilizar el medicamento, hay que decir que una gran cantidad de personas en el país, abogan por el cultivo de la planta con fines medicinales en su propio hogar.
Esto, para que la fabricación y administración del aceite esté ajustado a las necesidades de cada paciente. De hecho, según cada cuadro y su severidad se utilizan diferentes combinaciones y cantidades entre los componentes de la planta, que además tiene numerosas variedades.
Respecto de su composición química, hay que aclarar que la planta de cannabis posee dos componentes esenciales: el THC, cuyo efecto es estimulador, y el CBD, que relajante en el organismo.
De allí que las cantidades utilizadas de cada compuesto en el aceite deben ser las adecuadas a cada caso en particular y por eso se explica que ha tenido resultados favorables en los cuadros de epilepsia refractaria, ya que -de acuerdo a diversas experiencias en el país- disminuye las crisis convulsivas.
Otro factor que es mencionado por las entidades que defienden el cultivo con fines medicinales (entre otras, Mamá Cultiva, con sede en Buenos Aires), tiene que ver con igualar las posibilidades para todas las familias, ya que no todos cuentan con el dinero necesario para pagar un medicamento importado.
Proyecto mendocino
En nuestra provincia, un proyecto similar al que ayer trató el Congreso busca un lugar en la Legislatura. Su autora, la senadora Patricia Fadel (FPV) plantea que el sistema de salud mendocino brinde cobertura para la compra del medicamento, de manera de garantizar su llegada a las familias que no cuentan con obra social.
También propone que el aceite de cannabis sea incluido en el vademécum de las obras sociales y prepagas, tal como ocurre con otros medicamentos antiepilépticos.
Otro aspecto propuesto por la senadora tiene que ver con la actual burocracia que existe al momento de adquirir el remedio. Por eso, pide al Gobierno Provincial que gestione ante los organismos nacionales, la autorización correspondiente, de manera que el medicamento pueda ser retirado en la Aduana local sin la necesidad que los familiares deben viajar a Buenos Aires.