El año en curso, 2019, no será el de la solución definitiva al delicado problema de los residuos sólidos urbanos en nuestra provincia, pero bien puede ser considerado en la línea del tiempo como un momento gravitante para encontrar el atajo de salida a una sensible rémora en la realidad ambiental que nos toca vivir.
Es que el Gobierno provincial, a través de la Secretaría de Ambiente, procura brindar solución a una histórica carencia en nuestro territorio a través de la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos.
Existe una definición consensuada sobre los residuos sólidos urbanos (RSU): son los desechos que resultan de la actividad cotidiana de los habitantes de un determinado lugar.
La acumulación de estos restos en forma total o parcial en distintas zonas trae como consecuencia directa la contaminación del suelo y del agua, incendios, malos olores, arrastre de elementos livianos (especialmente bolsas de nylon) y polvos por efectos del viento, entre otras situaciones de degradación delas áreas habitadas y cultivadas.
Algo se ha mejorado en el caso particular del sistema de riego de fincas y de otras estructuras agrícolas, pero en lo que concierne al sistema de riego urbano, el de las ciudades del Gran Mendoza y de los oasis, del cual forman parte las emblemáticas acequias, vemos muchos cauces afectados por la basura, como lo señalaba hace unos años la red ambiental Oikos.
Mendoza por sus condiciones climáticas de aridez, con suelo semidesértico y enfrentando la peor escasez de agua de los últimos 100 años, es una región altamente frágil a procesos de degradación y contaminación provocados por acciones naturales y antrópicas (del hombre).
Por eso sostenemos que todas las fuerzas políticas provinciales con representación legislativa y la misma administración provincial deben armonizar los puntos en conflicto y tratar de poner en marcha de una vez por todas el Sistema de Gestión de Residuos Urbanos (Girsu).
Se debe actuar con rapidez, porque según la versión oficial, se corre el riesgo de perder el préstamo que por 25 millones de dólares ha dispuesto para este tema el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), si la Legislatura local no da el visto bueno al proyecto de endeudamiento dispuesto por el Ejecutivo para encarar cuatro obras fundamentales, entre las que se encuentra el tratamiento de los residuos urbanos, aspecto que estamos tratando en este comentario.
El Gobierno local teme que si no se cuenta con ese aval legislativo, la institución de crédito mundial podría trasladar esos fondos a otra necesidad ambiental o sanitaria de Latinoamérica, con lo cual por desencuentros internos de nuestra clase política perderemos una oportunidad que no será muy fácil de reiterar.
El objetivo del programa que responde a la sigla de Girsu consiste en implementar sistemas integrales de gestión total de residuos sólidos urbanos (RSU) en centros urbanos de más de 20.000 habitantes a partir de planes estratégicos de intervención, a fin de disminuir la disposición de desechos en basurales a cielo abierto e incrementar su disposición en rellenos sanitarios diseñados, construidos y operados adecuadamente en estos centros.
Este programa beneficiará al Área Metropolitana y el Valle de Uco.
De los U$S 25 millones, 20 millones de esa moneda se destinarán para la planta de separación de residuos, compostaje, módulos de relleno sanitario y también para una opción interesante en la que podrán intervenir inversores privados: el coprocesamiento y la generación de energía.
La implementación de la separación en origen de los desechos, que ya realizan algunos municipios, implica el diseño y puesta en marcha de campañas de concientización y comunicación a la población, para que separen sus residuos, más una logística de recolección.
Es, como vemos, un operativo de largo alcance, que empezará la próxima gestión gubernamental provincial y que se deberá continuar para que un futuro mediato el muy serio y contaminante problema actual de la basura domiciliaria empiece a ser un mal recuerdo del pasado.
