Siendo adolescente ingresé al diario Los Andes como aprendiz de periodista. Mis jefes fueron Miguel Páez Herrero y Antonio Di Benedetto. Fue un aprendizaje difícil, pues estos maestros se preocupaban por inculcarme una disciplina estricta. Con gran meticulosidad corregían mis borradores, lo que siempre les agradeceré.
Poco después tuve una oferta de trabajo en el diario El Tiempo de Cuyo, que dirigía Raimundo Fares. Allí hice los restantes escalones de la carrera periodística. Luego hice contacto con el diario La Prensa, de Buenos Aires, que me habilitó a pleno, incluso con uso de carnet. Fue como una consagración.
En la actualidad han aparecido colaboraciones mías en Los Andes. En agosto de 2014 salió una suerte de retrato que hice de nuestra presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. La nota se titulaba La desmesura, aludiendo a esa característica tan suya de modo de ser. Este rasgo choca con el ideal griego que rechazaba toda exageración en la vida social, es decir, toda desmesura.
Es curioso, pero parece que el papa Francisco tiene una notoria preocupación por “cuidar de Cristina”. Lo interpreto en el sentido de que la Presidenta necesita, tanto por razones de salud como de carácter, que la sociedad esté atenta a lo que pasa con ella. Le resta poco tiempo de permanencia en el cargo y esto, en un clima denso o directamente bélico, que ella provoca.
Ejemplo de estas exacerbaciones son la habitual mala conducta de La Cámpora, pero es sobre todo el ambiente de corrupción que se respira en las esferas gubernamentales nacionales lo que constituye un verdadero escándalo.
El presente escrito, que he llamado, tal vez pretenciosamente, “Reseña de una historia periodística”, ha ido derivando a tópicos que están más allá de este enunciado.
Esta nota comenzó siendo eso, una simple nota, pero se ha transformado en algo diferente. Pido disculpas y, recordando que pasado mañana se celebrará el Día del Periodista, termino reiterando mi homenaje a aquellos que me enseñaron el oficio y en cuyo ejercicio llevo décadas.
Me he ejercitado en el periodismo en varias de sus formas. Desde joven he publicado desde sencillos escritos hasta ensayos de mayor enjundia.
Pero de lo que quiero dejar constancia es de mi homenaje a la noble labor periodística.