La capital cultural de Australia (una meca para músicos, pintores, escritores, cineastas, actores y dramaturgos), guarda un sector para cada comunidad inmigrante. De forma espontánea, los distintos grupos se fueron acomodando en el mapa, y hoy existe el distrito chino, el griego, el barrio vietnamita, el sector de los japoneses y el de los ingleses (en el bohemio Fitz Roy), por sólo citar algunos ejemplos.
Pero de todas, el área que más destaca es la“Pequeña Italia” del barrio de Carlton. Allí, sobre calle Lygon, reposan infinidad de restaurantes dónde lo que prima son las banderas verdes, blancas y rojas, las mesitas con manteles a cuadros, la pizza y la pasta.
Secreto a voces es que muchos de sus dueños son ex integrantes de las distintas mafias que pululan por el sur del país europeo, principalmente de la ´Ndrangheta calabresa y la Cossa Nostra siciliana.
“Aquí en el barrio se conocen muchas historias de mafiosos que llegaron escapando de la policía de su país. Australia está lleno de ellos, y Melbourne en particular. Yo en lo personal conozco a varios” explica Karlos, un libanés que aterrizó en la nación insignia de Oceanía a los pocos años de vida, y que desde hace 20 regentea un conocido restaurante de la zona.
Él también vende comida italiana “porque es lo que más dinero da”, cuenta, fotos de Roma y banderas de Ferrari a las espaldas. “Pero tranquilo, que los jóvenes son pocos y se pelean entre ellos, y los antiguos mafiosos de Carlton están todos retirados.
Ahora son viejos, y viven de los restaurantes, les va muy bien. Igual uno nunca sabe, mejor no meterse en problemas con ellos”, aconseja, como si hiciera falta.
