Leo con dolor que se cierra el turno tarde de la escuela 1-622, Padre Arce del barrio La Gloria. ¿Me sorprende? No. ¿Es muy doloroso? Sí, porque marca el proceso de destrucción de la escuela pública de gestión estatal en los sectores más vulnerables de la población.
En 1997 me hice cargo de la dirección de la escuela, tenía más de 700 alumnos, cuatro secciones de cada grado. En 1999, llegó la novedad, en el marco de la ley Federal de Educación, que se habían seleccionado 49 escuelas en toda la provincia para instalar la EGB completa. La nuestra era una de ellas, tuvimos hasta 9° año hasta 2007. Trepó la matrícula a más de 900 alumnos. Se amplió el edificio con un sector de aulas nuevas en el patio.
El edificio pasó a contar con ¡22 aulas! A fines de 2006, cuando ya se había derogado la ley Federal e implementado la vuelta a la estructura tradicional de primaria y secundaria, la DGE intespestivamente, decidió crear una escuela aparte, con la EGB3, algo así como una mini escuela con 7mo, 8vo y 9no y encima nombró en el cargo de director a cargo de ese engendro a un personaje célebre en cuanto escándalo haya habido en escuelas secundarias del Gran Mendoza.
Esto generó conflictos sin fin y en febrero de 2007 cerraron la citada “escuela” dejando a los chicos sin banco y sin mesas de exámenes de marzo. Volvió a ser la escuela primaria completa Padre Arce. Ya para entonces, se empezó a ver el fenómeno que sucede en todas las escuelas de los barrios vulnerables. La ley federal, derogada, puso énfasis en dañar la educación estatal y comenzó la sangría de alumnos de las urbanas del centro a las privadas, por lo que las escuelas urbanas comenzaron a recibir alumnos de los barrios.
Simultáneamente, crecía la violencia en algunos barrios y las familias que podían sacaban a sus hijos y los enviaban a las del “centro”. Las escuelas urbanas de Capital y Godoy Cruz, para no perder secciones, se llenaron de los chicos de las escuelas mal llamada “urbano marginales” con el lujo, además, de “elegir” libretas y las escuelas de los barrios empezaron a declinar.
Perdiendo aquel orgullo, de que en cada barrio que se construía, se hacía la escuela correspondiente, los establecimientos se fueron achicando. Una escuela que tuvo proyectos tan valiosos como una radio FM escolar con instalaciones y que emitió programas escolares durante años. Una excelente biblioteca. Un personal comprometido.
Para concluir, no solo pierde un turno y queda reducida al turno mañana, sino que sus docentes tenían hasta este mes, solamente el 20 % de zona, igual que algunas urbanas más céntricas. Pero ahora, con la nueva distribución de zonas, la Padre Arce, la Fernando Fader y la Carlos Pellegrini (ambas del barrio Paulo VI), y las Scalabrini Ortiz del barrio Chile ¡pierden ese pequeño porcentaje de zona! Pasan a tener 0 %.
Sorprendentemente las del lado oeste del Acceso Sur, barrios Huarpes I y II, pasan a tener un reconocimiento de zona del 50%. ¿Por qué esa distribución tan poco equitativa? Ahora, no solo no retendrán alumnos, ¡tampoco retendrán maestros! Cuándo se habla de defender la escuela pública ¿de qué forma se realiza tal defensa?
Beatriz Salvioli
DNI 10.040.718
Ex directora Esc. Padre Arce