Al día siguiente de la multitudinaria concentración contra la política económica y social del Gobierno nacional convocada por la CGT y que finalizó con algunos incidentes, uno de sus tres secretarios generales, Héctor Daer, reconoció que hay diferencias internas al interior de la central pero ratificó tanto la unidad como la estrategia llevada adelante respecto de la administración de Mauricio Macri.
El Gobierno, por su parte, aprovechó para condenar la "violencia" por los incidentes ocurridos un vez finalizado el acto y de la que responsabilizó al kirchnerismo, al igual que lo hizo el secretario adjunto del sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, al tiempo que reafirmó su disposición a retomar el diálogo con la conducción de la CGT.
Tanto desde dirigentes de la cúpula cegetista, como desde el propio Gobierno, se coincidió en enmarcar los incidentes y el insistente reclamo de que los triunviros Daer, Juan Schmid y Carlos Acuña no sólo confirmaran la convocatoria a un paro sino que le pusieran una fecha precisa, en el contexto de las diferencias dentro del peronismo en el inicio de un año electoral.
Daer admitió que dentro de la CGT “hay quienes quieren dialogar más y quienes quieren ser más belicosos, tener una ruptura más abrupta” con el Gobierno, pero todos “asumen que hay una sola estrategia y un marco de unidad que no se va a romper”.
También criticó la “virulencia” en el reclamo de que se anunciara una fecha precisa para el paro de 24 horas que los triunviros confirmaron en sus discursos, como el “escenario de violencia y vandalismo” que sucedió una vez finalizado el acto frente al Ministerio de la Producción.
Por esos hechos responsabilizó a “grupos muy minúsculos que no pertenecían a organizaciones sindicales” que, a su juicio, pretendían “imponer una estrategia determinada” a la CGT.
Daer no identificó como kirchneristas a esos grupos, como sí lo hizo Pablo Moyano, pero lo deslizó al sostener que los incidentes se iniciaron detrás del palco por un grupo de personas que portaban banderas del municipio de Berazategui, que conduce el kirchnerista Juan Mussi.
Pero un comunicado del secretario de Trabajo de ese municipio, Juan Parra, dijo que “cuando comenzaron los disturbios, nos fuimos del lugar” y sostuvo la intencionalidad política de acusarlos de parte de Daer “dada su cercanía con (Sergio) Massa” en tanto el sindicalista es a la vez diputado nacional por el Frente Renovador.
Pablo Moyano, quien junto con su hermano Facundo fueron blanco principal de las increpaciones detrás del palco, identificó sin más como kirchneristas a los protagonistas de los incidentes.
“Eran unos 200 muchachos que se hacen los Rambo cuando su gobierno fue el que más precarizó a los trabajadores”. No obstante volvió a marcar diferencias con la estrategia del triunvirato que conduce la CGT: “Esto con (su padre, Hugo) Moyano no pasaba y el paro habría sido mucho antes”.
Daer, al igual que Acuña (Schmid fue el único que se llamó a silencio ayer), insistieron en que la CGT no está negociando “absolutamente nada” con el Gobierno y que si no toma nota de los reclamos de cambios, habrá un paro de 24 horas. Acuña arriesgó la fecha del 31 de marzo o el lunes 3 de abril, en tanto el titular de la Unión Ferroviaria, Omar Maturano, propuso el día siguiente.
La posición del Gobierno corrió por cuenta del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El primero aprovechó para “condenar” los incidentes y emparentar las fracturas sindicales y políticas que quedaron expuestas a la interna del peronismo. “Las tensiones existen entre quienes creen que tiene que volver Cristina Fernández o renovarse. Esa tensión va a estar presente en todo el año electoral”, dijo.
Triaca, a su vez, tras acusar al kirchnerismo de “intentar copar” la protesta, reiteró la apuesta al diálogo de parte del Gobierno.
Desde el kirchnerismo, el diputado Máximo Kirchner defendió el reclamo de que se pusiera una fecha a la prometida huelga general ("es muy sano que quienes vayan a un acto interpelen a sus dirigentes") y rechazó las acusaciones contra su sector por los incidentes.
El titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, reclamó a su vez "un paro general ya" y acusó a algunos dirigentes de la CGT de "tener temor a asumir, frente al Gobierno, que esto no va más".