En paralelo al duelo por la Casa Blanca, demócratas y republicanos vivieron ayer otra batalla crucial: el control del Congreso, algo que resulta determinante para facilitar o trabar las acciones del próximo gobierno. De acuerdo a las proyecciones realizadas anoche a última hora por los grandes medios estadounidenses, el Partido Republicano mantendrá el control de ambas Cámaras, aunque los demócratas pueden recortar la diferencia que los separaba en la de Representantes.
La Cámara baja estadounidense tiene 435 bancas, de las cuales 247 estaban hasta ahora en manos del Partido Republicano, y 188 en las del Partido Demócrata.
Los republicanos retendrán su preeminencia en la Cámara Baja dos años más, luego de que un legislador republicano retuvo un distrito altamente hispano de Florida que los demócratas esperaban apoderarse tras los comentarios divisivos de Donald Trump.
Aun así, los republicanos enfrentan una disminución de su mayoría histórica en la Cámara Baja, lo que podría dejar a los conservadores de línea dura con mayor influencia para causar fricciones con los líderes del partido.
En Florida, el representante republicano Carlos Curbelo ganó una contienda que demostró que el daño del candidato presidencial republicano sería más limitado de lo que esperaban los demócratas. En un distrito del área de Miami donde 7 de cada 10 votantes tiene orígenes hispanos, la campaña se convirtió en una de las más costosas del país, al superar los 18 millones de dólares, pero Curbelo logró afianzarse.
Florida, en donde el rediseño de distritos ordenado por la corte causó varias contiendas competitivas, también fue el sitio de las dos primeras derrotas de titulares, ambos republicanos. La flamante política Stephanie Murphy, de 38 años, se impuso al veterano John Mica, de 73, en el área de Orlando, mientras que David Jolly perdió su banca de St. Petersburg ante el demócrata Charlie Crist, alguna vez gobernador republicano del estado.
En Florida también se destaca la reelección del senador republicano Marco Rubio, así como la de su compañero de partido Robert Portman en Ohio.
El actual presidente, Barack Obama, obtuvo su histórica victoria en 2008, y además su partido logró hacerse con el poder en el Legislativo.