La Cámara de Representantes estadounidense, de mayoría republicana, votó ayer la anulación de nuevas normas anti-carbono del gobierno de Barack Obama, una decisión simbólica, puesto que el presidente anunció que la vetará.
La votación había sido planificada para que coincidiera con la COP-21, la cumbre sobre cambio climático de París. Los representantes derogaron por 242 votos contra 180 el “Proyecto de energías limpias” de Obama, quien por primera vez impone límites a las emisiones de dióxido de carbono de las centrales térmicas estadounidenses ya existentes.
El “Clean Power Plan” de la administración Obama, finalizado en agosto, busca reducir de aquí a 2030 las emisiones estadounidenses en un 32% con respecto a los niveles de 2005, y concede flexibilidad a los Estados para alcanzar este objetivo.
Además, en otra votación, la Cámara de Representes anuló, por 235 votos contra 188, una normativa referida a las emisiones de CO2 procedentes de las futuras centrales.
Estas normativas “son una puñalada en el corazón de la industria del carbón”, declaró el representante republicano Mike Bost.