Líderes republicanos que controlarán el Congreso de Estados Unidos desde enero rechazaron el histórico restablecimiento de relaciones con Cuba, igual que anticastristas de Miami, mientras disidentes cubanos se mostraron satisfechos.
El anuncio simultáneo de Barack Obama y Raúl Castro del restablecimiento de las relaciones diplomáticas cayó hoy como una bomba en Estados Unidos y chocó con la férrea oposición de referentes del Partido Republicano y líderes de la comunidad cubana en Florida, lo que anticipa que se convertirá en uno de los temas más picantes de la carrera presidencial 2016.
"Las relaciones con el régimen de (Raúl) Castro no deben de ser revisadas, y mucho menos normalizadas hasta que el pueblo cubano pueda disfrutar de la libertad", afirmó el presidente de la Cámara de Representantes y el máximo líder republicano en el actual Congreso, John Boehner.
En cambio, Elizardo Sánchez, que encabeza una comisión de derechos humanos disidente en Cuba y no reconocida por el gobierno, dijo alegrarse “de todas las liberaciones, especialmente yo, que tuve que la experiencia de estar preso”, según reportó la agencia ANSA.
Por su parte, la también opositora Yoani Sánchez expuso en Twitter que "el castrismo ha ganado, aunque el resultado positivo es que Alan Gross ha salido con vida".
Sorprendente fue la reacción de la cerealera estadounidense Cargill, que expresó su apoyo a los planes de la Casa Blanca para normalizar las relaciones con Cuba. “Nuestros dos países y sus pueblos merecen la oportunidad de comerciar y relacionarse los unos con los otros”, dijo el CEO y presidente de Cargill, David MacLennan.
"Este es un momento importante. La historia de la liberalización del comercio ha llevado claramente a beneficios económicos y sociales para otros", agregó.
Algunos exiliados cubanos de Miami estaban frustrados y enojados. Otros rebosaban de felicidad. El cambio de política estadounidense hacia Cuba, el más importante en cinco décadas, provocó sentimientos encontrados en el exilio.
Varias decenas de exiliados, la mayoría de ellos contrarios a las medidas, se concentraron en un restaurante cubano para expresar su malestar. Un puñado se atrevió a elogiar en voz alta la decisión de Obama.
El frente del tradicional restaurante Versailles, donde suelen reunirse los exiliados más radicales, no podía verse desde la calle por los camiones de televisión que llegaron a captar imágenes. Muchos de los cubanos que se pronunciaban en contra levantaban inmensas banderas estadounidenses y carteles que decían “SOS para Cuba. No más negocios criminales y asesinos comunistas. Tirano Castro. Despidan a Obama” y “Sin rodeos y con valentía demandamos la renuncia de los Castro Ruiz y su dinastía asesina”.
Algunos autos los saludaban con bocinazos al pasar.
"Fue una traición de Obama para el exilio y todos los cubanos", expresó Josie Rodríguez, una cubana de 79 años que llegó a Estados Unidos en 1967 y sólo viajó una vez a la isla a visitar a su padre, en 1990. "Me siento muy mal. Es puro negocio de Fidel Castro para que llegue la gente a dejar su dinero", agregó.
Pero Juan Luis Serrano, un exiliado de 43 años que ha viajado a la isla seis veces en los 16 años que lleva en Miami, pidió respeto de opiniones a los más extremistas, que le pedían a gritos que se fuera a un joven que llevaba un cartel de apoyo a Obama.
“Fue bueno lo que hicieron hoy. Más de 40 años de bloqueo no han servido para nada'', expresó el joven. “El exilio tiene que respetar a los que piensan diferente... Hay que probar algo distinto y esto es un buen comienzo”, dijo.
En Nueva York, el cubano Iván Acosta dijo que espera que el anuncio represente una “apertura” para el gobierno cubano. “Esperamos que esto ayude a que respeten los derechos humanos, que liberen a los presos políticos, que permitan al pueblo cubano expresar lo que quiera expresar, por ejemplo en internet, y que permitan la existencia de periódicos, además de Granma”, el diario oficial del gobierno cubano, dijo Acosta, de 70 años, y quien abandonó la isla a los 16.