Repitencia y abandono en la escuela secundaria - Por Andrea Blandini

Repitencia y abandono  en la escuela secundaria - Por Andrea Blandini
Repitencia y abandono en la escuela secundaria - Por Andrea Blandini

Comenzaron las clases en la provincia y nada parece haber cambiado, especialmente para nuestros  estudiantes y docentes secundarios. Ni siquiera tenemos información oficial de lo resuelto en las Jornadas institucionales realizadas recientemente en las escuelas con ese objetivo. Sí sabemos con certeza que la mitad de los chicos abandona la escuela antes del quinto año.

Pero más inquietante aún es que para la directora de Planificación y Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE, la obligatoriedad de la escuela media -vigente desde la promulgación de la ley nacional de Educación 26.206 durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner- es un “agravante” de este problema. ¿Quiere decir esto que, para gobiernos como el de Cambiemos, si no fuera obligatoria la escuela secundaria el problema sería menor?

Todos sabemos que un adolescente que no va a la escuela está mucho más expuesto a ser víctima de la droga y la delincuencia; además de estar condenado a trabajar en empleos basura con un nivel de ingresos que ni siquiera le permite sostenerse a sí mismo. Ni hablar del caso de tantos jovencitos y jovencitas que son ya padres o madres de familia, por el mismo descuido de un Estado poco presente, más preocupado por bajar la edad de imputabilidad que por la protección de sus adolescentes.

Tal vez lo que está reconociendo la DGE de nuestra provincia es su incapacidad (¿o tal vez desinterés?) en hacerse cargo de la obligatoriedad de la enseñanza media y revertir los procesos de repitencia y abandono que la azotan.

Dicho sea de paso, nuestra provincia aún se debe una Ley Provincial de Educación acorde a la legislación vigente a nivel nacional desde 2006, y actualizada a las nuevas realidades y requerimientos de nuestra sociedad de 2019.

Por eso creemos impostergable pensar en soluciones de fondo. Y para ello se necesita priorizar nuevamente la educación pública en la provincia y gente capacitada para hacerse cargo de las soluciones diseñadas junto a la comunidad educativa, llevándolas a la práctica con vocación y con corazón.

Se necesita gente capacitada y sensible a una realidad social que se deteriora día a día.

Y gente así no sólo es imprescindible en el sistema educativo, sino también en los niveles más altos del gobierno provincial. Porque las soluciones de fondo comienzan por aumentar el presupuesto educativo y luego ejecutar completamente lo programado.

Disponer los recursos adecuados para devolver a los docentes la dignidad perdida, no sólo en salarios sino en condiciones de trabajo, terminando con el mortal Item Aula que fuerza a los docentes al presentismo aún a costa de su salud y hasta de su vida.

Recursos necesarios también para asegurar una alimentación completa y proteica para todos los niños y jóvenes del sistema educativo público de Mendoza.

Dadas estas condiciones materiales, será momento de plantearse la revisión a fondo del paradigma educativo. Comenzar a trabajar, funcionarios, legisladores, docentes, sobre una nueva concepción de educación integral que parta de considerar al niño o niña, adolescente o joven como sujeto activo del aprendizaje, individual y colectivo, protagonista principal de su propio proceso de formación y despliegue en la vida.

Una nueva concepción pedagógica que parta de considerar a cada nuevo ser que viene al mundo, no como una hoja en blanco o un disco duro vacío que hay que llenar con programas e información estandarizada, sino como un ser humano de pleno derecho, portador de una misión, irrepetible e intransferible, en dirección humanizadora.

Es más, ya estamos hoy en condiciones de comprender que cada generación viene al mundo con una misión, con sus particulares capacidades, virtudes y sensibilidades.

Según un estudio de la Consultora IPSOS, realizado recientemente en Argentina a jóvenes de 14 a 20 años: “Para los chicas y chicos de esta generación, la inclusión, la igualdad, el feminismo y el ejercicio de derechos vinculados a la diversidad es natural. No ven televisión, no se informan por canales tradicionales, son la primera generación nacida en un mundo que funciona a wi fi. Tienen ‘un punto de vista social, plural’, por lo que la investigación la define como ‘la generación del otro’, más preocupada por la perspectiva comunitaria que individualista. Tienen ‘valores globales’, que pueden compartir con pares de la otra punta del planeta, porque la idea de comunidad se construye, para ellas y ellos, a otra escala”.

Necesitamos imperiosamente una pedagogía, un sistema educativo y una provincia acordes a estas realidades, que le garanticen a cada niño, niña, adolescente y joven las condiciones necesarias, materiales, emocionales y de libre acceso a la información, para su desarrollo personal en función social y para el mejor cumplimiento de su Misión.

Sólo entonces, podremos ver niños, niñas y jóvenes entusiastas en el aprendizaje, investigativos, gustosos de trabajar en equipo y sobre todo, capaces de amar la realidad que construyen día a día con sus propias manos y su creciente capacidad de elección, decisión y proyecto.

Entonces sí, repitencia, abandono, drogadicción y delincuencia juvenil pasarán a ser pesadillas superadas de las oscuras noches de un pasado neoliberal.

Finalmente, creemos imprescindible asegurar, por medio de las leyes correspondientes, que tanto las condiciones materiales mencionadas como el nuevo enfoque educativo estén resguardados de los vaivenes políticoelectorales y atados a un proyecto a mediano-largo plazo de una escuela y una provincia a medida del ser humano, no condicionados por los intereses de los bancos y los poderes económicos internacionales.

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