El procurador general de la Suprema Corte, Rodolfo González, presentó finalmente su renuncia, luego de los rumores que corrían por los pasillos de Tribunales desde marzo.
El jefe de los fiscales se jubilará con el régimen de los magistrados del 82% móvil. El gobernador Alfredo Cornejo aceptó la renuncia poco después del mediodía.
Ya se hablaba de la jubilación del jefe de los fiscales durante el Gobierno de Celso Jaque, cuando González terminó fortalecido con una nueva ley de Ministerio Público, la 8.008. También Francisco Pérez hizo su intento y González lo sobrevivió.
Cornejo no había hecho más que halagarlo y sus colaboradores aseguraron a Los Andes, en una nota que se hizo en marzo, que no iba a renunciar.
Hace un mes, el 1 de junio, la Cámara de Diputados rechazó el pedido de juicio político contra el procurador. El pedido había sido realizado por la jueza de familia de Tunuyán, María Elisabeth Lizán. La magistrada zafó hace un par de semanas de una interminable pesquisa del Jury de Enjuiciamiento y apuntó contra el procurador Rodolfo González, como el artífice de su calvario.
¿Preparando el terreno?
Los rumores que circulaban en Tribunales hace meses indicaban que una prueba de la dimisión que se concretó hoy era la acordada 26.919 de octubre del año pasado, por la que se dispone el ascenso a clase 1 (la más alta del personal jerárquico administrativo del Poder Judicial) de Gerardo González, hijo del procurador y secretario administrativo del Centro de Capacitación e Investigaciones Manuel A. Sáez.
Tambipen se hablaba de que Silvina González, hija del procurador, sería trasladada a oficinas del Poder Judicial del Este. Por último, cuentan que su esposa obtuvo su jubilación el año pasado. Se trata de la ex jueza tributaria Beatriz Gonella. Para algunos de los que frecuentan los pasillos tribunalicios, todos estos movimientos eran indicios de que González dejaba el cargo que ocupa desde 1992.
Dura pelea
Un pleito que se vive desde noviembre de 2015 es la desvinculación del ex fiscal especial Daniel Carniello. Muchos creen ver en ese procceso una férrea persecución encabezada y organizada por su ex suegro y jefe, el procurador general de la Corte.
La remoción de Carniello llegó tras una serie de escuchas que lo vinculas a una serie de favores a “dateros” de la fiscalia especial.
Ante esas irregularidades, el procurador Rodolfo González ordenó la remoción de Carniello, quien pasó de ser uno de los tres fiscales de Delitos Complejos a quedar a cargo de la Oficina Fiscal 12 de Guaymallén.
Una semana antes, el funcionario judicial había decidido la imputación del ex intendente de Guaymallén, Luis Lobos, y al ex ministro de Hacienda, Juan Gantús.