Renuncias que son favorables para el país

Uno de los casos, el del juez Fayt, es una muestra clara de cómo la dignidad personal y profesional y el apego a los preceptos republicanos y a la ética en la función pública son posibles pese a las adversidades. El otro caso, el de Niembro, tien

Renuncias que son favorables para el país

En la semana dos renuncias sacudieron la escena institucional del país y dejaron secuelas políticas interesantes. Precisamente, esta última consecuencia es la que motiva a que ambas dimisiones sean el hilo conductor de esta columna, puesto que a priori los motivos de las dimisiones no merecerían ninguna cercanía ni comparación.

El primero de los ejemplos es el del doctor Carlos Fayt, quien a los 97 años decidió dejar el cargo de juez de la Corte Suprema de Justicia, que ocupa desde la restauración de la democracia, hace 32 años. Como bien se lo destacó desde medios de prensa independientes, un verdadero inspirador de campañas de educación cívica y destacado docente de derecho político que durante tres décadas le brindó a la democracia en consolidación el valor de la función judicial bien entendida, desprendida de cualquier tipo de interés sectorial o económico.

Sin embargo, el kirchnerismo encontró en la avanzada edad del doctor Fayt el argumento para buscar sacarlo de su sitial. Mediante una infame campaña a la que lo sometió, quiso forzar su renuncia para dejar inoperable a una Corte incapaz de someterse a las directivas políticas del Ejecutivo.

Carlos Fayt, con su alejamiento del cargo a partir del día después de la salida del gobierno de la presidenta Cristina Fernández, no sólo no le da el gusto al oficialismo de irse a las apuradas, sino que traslada con notable maestría el debate de la conformación de la futura Corte Suprema al nuevo presidente y a la oposición que le corresponda en el Congreso.

En cuanto al periodista deportivo Fernando Niembro, hasta hace unos días primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires desde el espacio Cambiemos, es cierto que tomó tardíamente la decisión de dar un paso al costado en sus apetencias políticas, después de haber intentado en vano justificar como legales contrataciones que una empresa que le perteneció efectuó con el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero la renuncia a su postulación fue una clara señal de que él y el macrismo advirtieron que se habían visto afectadas la ética y la legitimidad política a raíz del escándalo desatado. A pesar de la excesiva tardanza en la toma de la decisión, la renuncia de Niembro a su postulación sí sirve para comparar. Le alcanzó para diferenciarse del kirchnerismo, en el cual este tipo de actitudes no son para nada habituales.

Como claros ejemplos se encuentran los escándalos en vía judicial que rodean al vicepresidente Boudou y negociaciones que involucran directamente a la familia Kirchner. Máximo Kirchner, por ejemplo, vinculado a la causa Hotesur, está en similares condiciones que Niembro, puesto que es candidato a diputado nacional por su provincia. Nada lo conmueve.

En síntesis, se produjeron casi simultáneamente dos renuncias que deberían servirle al ciudadano para pensar en tiempos electorales. Fayt deja el ejemplo de cómo se debe hacer valer una vida de conducta intachable y ejemplar ante el despropósito de un ataque insolente como el que sufrió por parte del Gobierno. Niembro, vinculado a un hecho que se enmarca en el accionar corrupto, se hizo cargo de su grave error y se sometió a la Justicia despojado de fueros y otras prerrogativas.

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