Madrid. El paisaje político español ha cambiado de forma drástica desde 2011, cuando los votantes expulsaron del poder al partido socialista (PSOE) con una abrumadora victoria del grupo de centro derecha: Partido Popular.
El auge de dos influyentes nuevos partidos, que desafían a los dos tradicionales, ha introducido tensión y suspenso en los comicios de hoy, cuando los electores darán su veredicto sobre quién creen que cumplirá mejor la tarea de acabar con el alto desempleo y una serie de casos de corrupción en la quinta economía más grande de la Unión Europea.
A continuación, un vistazo sobre lo que hay en juego en las elecciones.
LA VOTACIÓN
El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, busca un segundo mandato de cuatro años. Ahora tiene una mayoría de 186 escaños en el Congreso de 350 plazas. Los socialistas tienen ahora 110 escaños. Los recién llegados Podemos y Ciudadanos no están en la Cámara porque es la primera vez que se presentan a las generales a nivel nacional.
Los 36,5 millones registrados en España elegirán representantes a la Cámara baja y el Senado. Se espera que haya sondeos a boca de urna apenas unos minutos después. Los resultados definitivos, incluidos los votos por correo, se esperan para dos días más tarde.
LOS TEMAS CLAVE
Tres temas han dominado la política española durante los últimos cuatro años: la crisis económica del país, la corrupción y la campaña independentista en la región de Cataluña, en el nordeste del país. Rajoy ha presumido de su gestión de la primera, ha intentado evitar la segunda y prometido frenar la iniciativa secesionista.
El mayor éxito de su gobierno ha sido sacar a España del abismo económico en que se encontraba en 2012 y devolver la economía al crecimiento, aunque la tasa de desempleo sigue siendo del 21%.
La falta de trabajo se profundizó durante la crisis financiera global de 2008 y alcanzó el 27% en 2013. El partido de Rajoy aprobó impopulares medidas de austeridad y reformas financieras y laborales a las que se atribuye la creación de empleo. Aunque la economía española es ahora una de las que más rápido creció entre los 28 países de la Unión Europea, su tasa de desempleo es la segunda más alta, por detrás de Grecia.
El gobierno de Rajoy ha sufrido un golpe por incumplir su promesa de que no subiría impuestos, así como por las medidas de austeridad con recortes en sanidad y educación pública. Además, muchos españoles están molestos por lo que perciben como impunidad de políticos y empresarios en una serie incesante de casos de corrupción.
La cuestión de la independencia en Cataluña, una región de influencia política y económica, ha dividido a la comunidad autónoma y agriado sus lazos políticos con el resto de España. Rajoy ha prometido sofocar la que se considera como la mayor amenaza para la unidad de España en décadas. Otros partidos están a favor de negociar o entregar más competencias de gobierno a Cataluña.
LOS PROTAGONISTAS
Rajoy es un hombre de 60 años, alto y con barba gris. Estudió Derecho y se convirtió en el registrador de la propiedad más joven del país a los 24 años. Defiende políticas sociales conservadoras y se alinea con la Iglesia Católica contra el aborto.
Pedro Sánchez, de 43 años, fue profesor universitario de economía y era un desconocido para la mayoría de los españoles hasta que fue elegido como líder del principal partido de la oposición, el PSOE. El ex jugador de básquet ha sido concejal en Madrid y diputado en el Congreso.
“Ciudadanos” tiene un líder elocuente y hábil con los medios, Albert Rivera. A los 36 años, es el candidato más joven y fue campeón nacional de debate universitario. Empezó a hacer campaña hace apenas un año, pero sus políticas moderadas y afines al mundo empresarial, así como su promesa de perseguir la corrupción, han atraído a los votantes.
El profesor de Ciencias Políticas Pablo Iglesias y su partido de izquierda radical “Podemos” quieren romper el molde de la política española. Iglesias tiene 37 años y prefiere los jeans a los trajes clásicos y corbata, procede de un barrio obrero y es aliado del primer ministro izquierdista de Grecia, Alexis Tsipras. “Podemos” nació de las grandes protestas callejeras de Madrid en 2011 que atrajeron sobre todo a jóvenes españoles cansados de la corrupción política y empresarial.
LA CAMPAÑA
Las dos semanas de campaña se vieron marcadas por el suceso del miércoles, cuando un estudiante de secundaria de 17 años pegó una piña en el rostro al Presidente durante un acto electoral en la localidad donde se crió Rajoy. El abogado del chico dijo que el ataque no tenía motivaciones políticas, pero no dio un motivo.
Rajoy también abrió dudas sobre su futuro como líder del Partido Popular al incluir a su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, de 44 años, en carteles electorales en los que normalmente sólo aparecería él. Santamaría también fue en lugar de Rajoy a un debate en televisión con Iglesias, Rivera y Sánchez, avivando las especulaciones sobre que ella podría remplazar a Rajoy si el actual presidente no logra formar un gobierno tras las elecciones.
LOS SONDEOS
Los sondeos de opinión han sido unánimes en señalar que ningún partido tendría una mayoría parlamentaria, y el resultado es muy impredecible porque hasta el 40% de los votantes dijo estar indeciso.
La mayoría de las encuestas muestran al Partido Popular en cabeza, con Ciudadanos, Podemos y los socialistas en lucha por el segundo puesto.
Se espera que el PP y el PSOE se beneficien del sistema de asignación de escaños establecido por la legislación española, que otorga más representación parlamentaria a los votos en zonas rurales con menos población.
EL DÍA DESPUÉS
Un resultado inconcluyente en las elecciones -uno que no dé mayoría absoluta a un único partido en el Parlamento- podría abrir la puerta a que gobierne una "coalición de perdedores", como ocurrió hace poco en Portugal.
Según la Constitución, el rey Felipe VI invitará a un líder de partido a formar gobierno. Si los partidos en segundo y tercer lugar se alían y tienen más votos que el ganador, el monarca podría encargarles la formación de gobierno en lugar de al vencedor.
Los analistas esperan un tenso período de negociaciones tras los comicios. El líder de partido nominado debe ganar un voto de investidura en el Parlamento para asumir el cargo. Si la cuestión no se resuelve en dos meses, se convoca a nuevas elecciones.