El fabricante francés Renault confirmó ayer el llamado a revisión de 15.800 coches diésel por un “defecto detectado y corregido” en 2015, aunque reiteró que sus modelos respetan las normas de emisiones contaminantes.
El segundo grupo automovilístico francés -con participación estatal de cerca de un 20% de su capital- sufrió la semana pasada una fuerte depreciación bursátil, tras revelarse que sus oficinas fueron registradas por inspectores antifraude.
La noticia provocó temores de que la empresa pudiera verse involucrada en un escándalo similar al que sacude al grupo alemán Volkswagen, por haber trucado los controles de contaminación de sus motores diésel.
Una comisión nombrada por el gobierno indicó ayer que los controles en curso detectaron anomalías, que la firma se comprometió a solucionar.
Renault “se comprometió a llamar a revisación un determinado número de vehículos, 15.800, para verificarlos y ajustarlos a fin de que el sistema de filtración funcione correctamente”, declaró la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal a la radio RTL.
Exigencia estatal
Los “nuevos autos deben ser conformes a las normas”, recalcó la ministra, al día siguiente de una reunión con la comisión técnica designada por el gobierno.
Renault señaló por su parte que el caso atañe a “un error de calibración” en el sistema de descontaminación de los motores diésel, que no eliminaba correctamente los óxidos de nitrógeno y de azufre.
Pero ese fallo ya se corrigió en setiembre y el llamado a inspección de los vehículos afectados se realizó en noviembre, alegó la firma.
Royal había ordenado que se inspeccionaran vehículos de varias marcas después del escándalo de Volkswagen, que equipó 11 millones de motores diésel con un programa fraudulento de control de emisiones.
Los tests revelaron que algunos modelos, sobre todo de Renault, superaban los niveles autorizados de CO2 y de óxido de nitrógeno, pero no detectaron el empleo de programas fraudulentos.
Los otros fabricantes “aceptaron declarar ante la comisión”, dijo Royal, sin querer citar por ahora su nombre.
“En las condiciones de homologación, nuestros vehículos respetan las normas de emisiones”, afirmó el lunes el jefe de ventas de Renault, Thierry Koskas. Sin embargo, en condiciones de circulación reales hay diferencias con los niveles medidos durante las pruebas.
La empresa Renault es un gigante industrial a nivel global. Segundo constructor de autos de Francia y asociado con el japonés Nissan, forman el cuarto grupo automotriz del planeta. El Estado francés posee el 20% de las acciones, emplea a 117.000 personas y vende autos en 125 países.