El cambio de fachada que la nueva conducción pretende darle al peronismo mendocino pasa, entre otros aspectos, por crear las condiciones para que el partido tenga un protagonismo claro en la política mendocina durante las próximas dos décadas. Es lo que dice con entusiasmo el flamante presidente partidario, el diputado nacional Guillermo Carmona. Muchos de los que lo escuchan en cada reunión o encuentro que mantiene con dirigentes y simpatizantes se preguntan si la apuesta no es muy elevada. Parece en verdad muy ambiciosa, pero la mirada no es desacertada si se tiene en cuenta la pendiente que al PJ le tocó transitar electoralmente en los últimos años.
El indudable rechazo de los mendocinos a los años de gestión de Pérez es algo que no dejan de admitir en la nueva mesa de conducción partidaria, si bien es cierto que la pulseada que Adolfo Bermejo perdió en 2015 con el hoy gobernador Cornejo no arrojó un resultado decepcionante en los números porque la elección se polarizó.
En ese marco, la expectativa electoral tiene aún más valor que hace seis meses, cuando todavía no se veía en el horizonte político mendocino alguna chance clara para la oposición al cornejismo. Ahora, en cambio, se percibe un desgaste de la gestión provincial que, sin ser tan pronunciado como el del gobierno nacional, motiva a los dirigentes del PJ a pensar en la posibilidad de pelear con mayor ilusión en las futuras elecciones.
Quienes pretenden ver a toda costa algún tropiezo en el andar aceitado del gobierno de Cornejo se regocijan cuando aparecen situaciones polémicas que llevan a casi seguros replanteos, como ahora la fecha de inicio de clases ante la resistencia de muchas personas no conformes con la medida. Y es allí donde toman nota en el peronismo. Un dato que por ahora no sirve para medir alguna debilidad en la gestión.
La estrategia sobre candidaturas no se acelerará en el PJ, pero sí busca la conducción de Carmona ordenarla, principalmente por las expectativas que ha generado, principalmente, la versión que coloca al ex gobernador Rodolfo Gabrielli con pretensiones de lanzarse y porque en esa supuesta aventura estaría presente el partido que conduce José Luis Ramón.
Carmona no le cierra la puerta a nadie. “Los que aparezcan con voluntad de aportar al reordenamiento que estamos gestando bienvenidos sean”, dice el presidente partidario, incluyendo entre esos oferentes a “Rolo” Gabrielli.
En cuanto a la posible constitución de frentes, sostiene Carmona que tendrán con Protectora el mismo trato que con el resto de los partidos habitualmente en línea con el PJ, o que se puedan acercar con motivo del próximo proceso electoral: la premisa es sentarse a conversar para conocer expectativas y luego decidir.
Sí aseguran en el entorno del presidente del justicialismo provincial que algo ya fue consensuado y decidido: la fórmula para gobernador y vice será conformada sólo por peronistas y habrá una mujer en ella. Por lo tanto, si Ramón y los suyos deciden sumarse a un eventual frente electoral liderado por el PJ será para sumar en las listas y consensuar políticas para una eventual gestión.
La idea de máxima de la nueva conducción es lograr una fórmula de consenso interno. De lo contrario, bienvenidas las primarias abiertas.
En el momento de hacerse cargo de la presidencia partidaria, Carmona encontró ya lanzada a Anabel Fernández Sagasti, respaldada por La Cámpora y otras organizaciones K de la provincia. Ahora la intención es fortalecer un nuevo espacio que se denominará Construyendo Unidad y que constituirá una suerte de polo político del que surgirán varios precandidatos. Intendentes, diputados y senadores provinciales y los tres diputados nacionales del PJ local serán la base de ese nuevo sector.
La intención es que a partir de ahora y hasta los días previos a la Fiesta Nacional de la Vendimia una serie de dirigentes interesados muestren sus propuestas sin ningún tipo de condicionamiento. Será una suerte de período de prueba para poder evaluar lo que puede aportar cada uno. Hay nombres: Omar Félix, los hermanos Bermejo (deberían decidir ellos cuál de los dos quiere anotarse, aunque las preferencias parece tenerlas Alejandro), Patricia Fadel, la diputada Carina Segovia, la senadora Fernanda Lacoste y Gabriela Lizana, empresaria pyme y productora en el Este con vínculo al peronismo. Carmona también está de algún modo anotado; quiere ser un potencial candidato subordinado a lo que pueda generar cada uno de los restantes postulantes y no haciendo valer el peso de su cargo partidario.
A raíz del decreto de Cornejo que puso en órbita la limitación de las reelecciones de los intendentes, la conducción del PJ no descarta, además, salir a apoyar a aquellos “caciques” que, al no poder intentar ganar nuevamente en sus departamentos, opten por proyectarse a nivel provincial. Todos han visto la decisión del jefe del Ejecutivo como una “medida restrictiva” porque consideran a los jefes departamentales como un “capital político” del principal sector de la oposición. Es un punto de vista discutible, porque está claro que las reelecciones indefinidas no son un buen síntoma para cualquier proceso democrático. Pero en el “pejota” se amparan en los porcentajes de votantes que vienen respaldando a los reelectos... También la decisión del Gobernador es considerada por Carmona y su conducción como una maniobra electoralista en virtud del momento elegido para la promulgación de la enmienda del artículo 198 de la Constitución provincial, no obstante reconocer que hizo uso recurso institucional.
Por ahora el peronismo no priorizará la discusión política del tema, por considerarlo de difícil resolución favorable. Sí pondrán todas las fichas en lo que pueda resolver la Justicia de acuerdo a las presentaciones que se realicen tanto a nivel partidario como eventualmente de parte de los directamente afectados, los intendentes. Aquella cláusula hasta hoy infranqueable de la mayoría del padrón de potenciales votantes y no de votantes efectivos le podría servir al peronismo para plantearle un reto a duelo en pleno año electoral.
