Relaciones con China, riesgos y ventajas

La visita a la Argentina del presidente chino Xi Jinping fue de capital importancia, tanto desde la perspectiva del comercio exterior como de sus posibles inversiones en nuestro país.

Relaciones con China, riesgos y ventajas

Hace unos días realizó una visita a Buenos Aires el presidente de China, Xi Jinping, luego de participar en la reunión de los Brics en Brasil. La visita, sin duda de gran importancia, ha sido un paso para un acercamiento entre ambos países iniciado hace una década larga. Se trata básicamente de relaciones económicas. En la ocasión se firmaron una veintena de acuerdos de diverso tipo. No es necesario abundar en la importancia económica del país asiático que, con cerca de 1.400 millones de habitantes, se aproxima a ser la primera economía por tamaño de PBI del mundo.

Es el primer importador y exportador mundial; fue su aparición como importador de alimentos lo que disparó el precio de las denominados conmodities (granos, aceites, metales). Ese hecho produjo una notable mejora de los términos del intercambio que benefició significativamente a nuestro país a partir de 2003. Las exportaciones chinas de productos industriales a bajos precios contribuyeron aún más a la mejora de los términos del intercambio.

Las relaciones económicas con China se pueden analizar tanto desde la perspectiva del comercio exterior como de las posibles inversiones directas en nuestro país y de una eventual asistencia financiera, en momentos en que el país enfrenta una difícil situación en su litigio con los holdouts. China es el segundo destino de las exportaciones argentinas, por detrás de Brasil. Esas exportaciones tienen dos características que hay que destacar; una, su composición donde el denominado complejo sojero (porotos y derivados) aporta 60% del total exportado, con abrumador predominio del poroto que lleva 50%.

Debe recordarse que hace pocos años China impuso serias restricciones al ingreso de aceite argentino, en represalia a limitaciones impuestas al ingreso de productos industriales chinos. Este hecho acentuó la participación del poroto de soja, que China industrializa para producir alimentos para cerdos y aves. La otra característica llamativa es el estancamiento de las ventas, en torno a los 6.500 millones de dólares desde hace un lustro. Este fenómeno se debe más a un problema de oferta nuestra provocada por la política económica, que a demanda.

Por el lado de la importaciones también aparecen aspectos importantes: el monto de ellas supera 11.000 millones dólares, de los que resulta un significativo déficit en el comercio bilateral. Desde el punto de vista de la composición se trata en su totalidad de productos industriales, la mitad de ellos artefactos eléctricos y artefactos mecánicos. El rubro más importante es de la telefonía celular, componentes de procesadores de datos. China es el proveedor  principal de la industria de ensamblaje de Tierra del Fuego, donde tiene empresas radicadas.

En cuanto a otros productos industriales basta echar un vistazo a los supermercados y ferreterías industriales para ver el abrumador predominio de productos de ese origen. China aporta 14% del total de las importaciones argentinas, y con Brasil y EEUU llegan a la mitad de las mismas. Las estructuras de importaciones y exportaciones muestran una evidente complementariedad entre ambas economías: exportamos predominantemente productos primarios e importamos productos industriales.

Es seguramente en las inversiones chinas en el país donde fincan las mayores expectativas, a pesar que desde el inicio del gobierno de Néstor Kirchner hubo anuncios que no se cumplieron. De cualquier modo, debe prestarse atención a algunas inversiones ya realizadas, tales como la compra de una parte importante de la segunda petrolera argentina Pan American Energy; inversiones en minería en el norte y sur del país, bancos. Posee 51% de Nidera, exportadora de granos y productora de semillas. A ello deben agregarse los anuncios de inversión en el Ferrocarril Belgrano Cargas, la adjudicación de las dos represas en Santa Cruz a un consorcio en el que una empresa china tiene un rol muy importante como proveedor de equipamiento y los bancos en el financiamiento.

En síntesis, las relaciones con China no  dejan de generar preocupaciones que exceden el campo de la economía. Hay voces que advierten sobre los riesgos de generar una situación similar a la ocurrida en el siglo XIX con Gran Bretaña en sus aspectos negativos, si nos contentamos con vivir de las rentas de las materias primas en vez de utilizarlas para el desarrollo integral de la nación. Pero eso no depende de China sino de nosotros.

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