Si bien se habla aún, por los pasillos, del primer ascenso, Gimnasia debe ser consciente de que hoy por hoy se está quedando afuera de todo y tendrá que salir a la cancha a enfrentar a Juventud Unida pensando que, de quedarse con los tres puntos, se pondrá arriba del equipo puntano y se meterá nuevamente en zona de clasificación sin depender de ningún resultado foráneo. Para meterse en la segunda instancia, Gimnasia depende exclusivamente de Gimnasia.
Para la remota posibilidad del primer ascenso se tienen que alinear los planetas y darse una serie de resultados poco probables. Pero todo puede suceder y por eso la luz de la esperanza, aunque tenue, sigue encendida. Para este choque, el Lobo continúa con la rotación. Olmedo por Prioreschi, Amaya por Garay y Prost por Sanfilippo son los cambios para jugar con un plantel fresco. Oga continúa recuperándose de su sobrecarga muscular y Pereyra será el nexo entre volantes y delanteros.
El Lobo, además de rotar, piensa en el rival. El entrenador busca un equipo equilibrado por eso los carrileros serán Corvalán y Olmedo (dos hombres más importantes en el regreso que en la ida) y Montiveros se mantiene en la contención en una línea de cuatro volantes más de entrega que de buen trato de balón.