Reinas por mérito propio

Por sus logros y compromisos para mantener el máximo nivel competitivo, solo siete mujeres recibieron la Cruz al Mérito en el rico historial

Reinas por mérito propio
Reinas por mérito propio

La postulación de candidatos y la ansiedad por conocer quién sería el referente deportivo de 2004 fueron parte de todas las charlas que sostuvieron, en la recepción del Auditorio, los protagonistas de los premios Huarpe.

Con el ingreso de Marina Di Giácomo al Ángel Bustelo y el montañista Víctor Herrera, los principales favoritos a la máxima distinción por sus hazañas en esa temporada, comenzaron a notarse los primeros síntomas de una noche que cerraría sus galas con la entrega de la Cruz al Mérito.

En la cena organizada por el Círculo de Periodistas Deportivos y cuando aún faltaban pocos minutos para la una de la mañana, la Leona se convirtió en la séptima mujer portadora del máximo galardón otorgado a los deportistas locales y en la responsable del primer reconocimiento al hockey sobre césped.

Aquella noche, Di Giácomo, (una de las grandes ausentes en las ternas del 2003, a pesar de haber conseguido la medalla de Oro en los Panamericanos de Santo Domingo), no guardó un párrafo para ello. Simplemente recalcó el valor del sacrificio que ha llevado al hockey mendocino a posicionarse como uno de los más fuertes del país. Y a sus jugadores les rindió un homenaje.

La hockista, surgida en el Club Banco Mendoza, era una estrella más en ese pequeño y también selecto cuadro femenino. Mujeres, de gran temperamento y muy apasionadas por sus disciplinas, que se destacaron fuera de nuestras fronteras y marcaron verdaderos hitos para el deporte Mendocino. Un historial, que en 1960, abrió la multicampeona Sara Beatriz Carrasco.

La atleta, que representaba a Luján Sport Club, esa temporada había conquistado tres campeonatos nacionales en Tucu-mán. Integrante del equipo, que a la postre logró el único título nacional que sumó el atletismo mendocino, fue una de las grandes protagonistas en lanzamiento; ganando las preseas de oro en disco, bala y jabalina. Carrasco era una de las 9 damas de aquella delegación, en la cual Gustavo Neumann y Eusebio Guíñez actuaron como entrenadores.

Sara además había impuesto con 33,57 metros un récord provincial en disco; marca que en mayo de 1967, en el torneo del Círculo de Periodistas, en la Pista del club YPF, Gladis Ortega quebró con un registro de 34,46 metros y para volver a imponer una distancia en el Vendimia de 1969 con un lanzamiento de 36,50 m. La palmirense, a fines de la década del ‘60, fue la gran revelación del atletismo local y ganadora de la segunda Cruz al Mérito.

Así como Ortega y Carrasco, también la palmirense Elina Urbano fue una de la figuras más destacadas primero en el atletismo, luego en el triatlón y por último en el remo donde llegó a competir en  un Juegos Olímpico.

Esa noche, de  diciembre de 1980, María Eugenia García recibía una plaqueta en homenaje al título mundial de natación en Holanda; ella había sido ganadora de la Cruz al Mérito en 1975 y abanderada del deporte en silla de ruedas. La tiradora Cecilia Zeid, en 1993, 1995 y 2007, y la patinadora María Eva Giannatasio, en 1997, completan este pequeño universo de enormes personalidades.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA