Los 48 vehículos que tuvieron como destino a Mendoza (valga el comentario en relación a la denominación del Gran Premio en suelo sanmartiniano), están instalados.
Los integrantes de cada escuadra trabajan en cada detalle. Sorteados los motores, la colocación de los mismos es cuidadosa. Mientras unos trabajan en ajustar piezas del impulsor, otros se dedican a limpiar cada parte del auto.
Algunos también aprovechan para colocar las calcomanías que, ante la chapa y pintura que se debió hacer luego del fragor de la lucha en Junín, no fueron puestas a tiempo en el taller o durante el viaje hasta la Tierra del Sol y del Buen Vino.
Los cuatriciclos trasladan carteles de cada box, cubiertas que son provistas y sorteadas por la categoría en el enorme parque cerrado y cualquier elemento que sea necesario para trabajar mirando hacia la primera tanda de ensayos.
Poca gente recorre la calle de boxes. La mayoría del público está instalada en los alrededores del circuito (los accesos se habilitaron a las 14). Desde la torre de control se pueden apreciar las carpas, los gazebos, los autos particulares, las casillas rodantes y los camiones que durante el fin de semana servirán de "motorhome". Los más fanáticos ya colgaron sus banderas en la tela perimetral. A cualquier hora, el humo de los asados invade cada rincón del autódromo.
Las camionetas de la Asociación Corredores Turismo Carretera recorren la pista para inspeccionar el trabajo realizado por el personal de la Asociación Volantes del Este y de la Municipalidad de San Martín. Los pocos pilotos que se acercaron a un Jorge Ángel Pena silencioso, observan de reojo el circuito. Hasta aprovechan para darse una vuelta en moto por el último alargue del dibujo estrenado precisamente con la más popular.
En la carpa de prensa terminan de colocar los cables para que el servicio de Internet no falle durante los tres días de actividad. Los trailers de las radios que transmitirán la carrera se ubican en el playón del kartódromo, a metros del puente peatonal para el acceso.
Fuera del circuito, los stands con merchandising comienzan a tomar forma. Gorras, banderas, remeras, buzos, plotters, llaveros y hasta autos de colección se pueden conseguir en diferentes sectores.
El Turismo Carretera, la categoría con más años en el planeta, que comenzó abriendo los caminos de Argentina y después se dedicó a incursionar definitivamente en los autódromos, está de vuelta en la provincia. Un año transcurrió desde aquella primera incursión en tierras del Libertador.
La sinfonía de motores está a horas de dar su primer concierto. Los seis cilindros en línea, que en la previa se sintieron bramar con los Show Car, están a punto de hacer vibrar al Este provincial. Cuatro marcas pugnarán por el éxito.
Ni Chevrolet ni Ford pudieron hacer historia el 8 de abril de 2012. Tampoco Dodge. El éxito fue para un Torino, marca emblemática en el país. Néstor Girolami, que ahora corre para otro equipo pero sigue firme con el Toro, dejó su sello.
Candidatos, son muchos. El TC es una caja de sorpresas permanente. El marcador está a favor del óvalo azul con dos triunfos contra uno de los Chivos anotado en Mar de Ajó, con Agustín Canapino. Mariano Werner, que el año pasado lideró en San Martín hasta que el cable captor lo dejó a pie, y Gabriel Ponce de León, se tomaron venganza de la victoria del arrecifeño. ¿Para quién será este domingo?
Por el momento, el único ganador es el público mendocino que, nuevamente, podrá disfrutar de un espectáculo que pocas provincias tienen. Pasadas las 14 de este domingo, habrá tiempo para hablar del triunfador. Ahora es momento de celebrar -en las tribunas lo harán con un buen vino- teniendo a los mejores pilotos. La "máxima" atracción está en San Martín. Que la bandera verde flamee bien alto.
Regresó la "máxima” atracción
Ayer arribaron los equipos y cada vehículo ocupó su box antes del sorteo de motores y cubiertas. El público, en gran número, ingresó al autódromo que desde hoy vibrará con la jornada inicial.
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