“Regatas es una escuela de balonmano. Su juego, cambió la esencia de esta disciplina en Mendoza. Desde la década del 80, que Regatas siempre apostó por un juego moderno. Nuestro fuerte siempre fue el ataque fijo. Teníamos un concepto de juego y lo respetábamos. Era un espectáculo ver a los equipos de Regatas. Y desde ese momento, el Lago siempre hizo escuela”, estas palabras corresponden a Rafael Argumedo, hombre nacido en la fuente de talentos del club del Lago y que integró la Selección Argentina que jugó el Panamericano de 1981, certamen en el cual se logró el primer triunfo ante una selección de Estados Unidos (23-22). Histórico.
Y a nombres como los de Rafael o Roberto Argumedo, hay que sumarles los de Interllige, González, Nassif, Bonadé, Anaya, Carosio, Brunetti, González, A. Bonadé, Castrillejos, Parra, Villodas, entre otros. Desde 1979 hasta fines de la década del ‘80, el club del Parque sumó innumerables títulos a nivel local. Multicampeón.
Por aquel entonces, el equipo más ganador de la provincia. Y esos resultados positivos lo llevaron a buscar nuevos horizontes. En el año 1984, Regatas jugó la gran final del Torneo Nacional contra River Plate en Parque Sarmiento.
Fue triunfo Millonario en tiempo extra. Ese juego es muy recordado, porque fue el primer partido de balonmano televisado en el país. Esto le permitió a la “generación dorada” del club, jugar el Torneo Panamericano de Clubes Campeones en 1985 en Brasil. Histórico.
Luego, en el año 1997, Regatas se consagró campeón Argentino en Mendoza al derrotar a Maipú. Un torneo donde no participaban los equipos de la Femebal. Lo mismo sucedía con el Femenino, Regatas arrasaba.
Y aparecían nombres como Emiliano De La Rosa, Juan, o Macarena Sans, más recientemente, todos jugadores de Selección Nacional. El Club del Lago es una escuela de balonmano. Un espectáculo único, bello. La catedral del “jogo bonito”.