El jueves por la noche desconocidos arrojaron una bomba molotov contra la comisaría 33, en el barrio San Martín, un día después de que al menos dos sujetos en moto tirotearan el frente del establecimiento policial ubicado en Padre Llorens y Uspallata.
Si bien las primeras hipótesis señalaban que fue en "venganza" por la muerte de Facundo Miczko Gaitán (17), ocurrida a raíz de una persecución policial realizada por una mujer policía en Las Heras, el jefe policial Roberto Munives dijo que la familia del joven desmintió cualquier vinculación con los ataques.
"Quiero dejar en claro que ayer a la noche la familia del joven fallecido hizo una presentación en la misma dependencia policial desvinculándose de este hecho y de los anteriores. Dejaron plasmado en un documento su desvinculación con las personas que habían agredido la comisaría y al personal que se encontraba en su interior", explicó Munives.
El primer ataque fue en la madrugada del miércoles, cuando malvivientes dispararon contra la puerta de ingreso y el portón de la comisaría.
La Policía halló vainas calibre 9 milímetros y 11.25. Si bien en el interior había efectivos, afortunadamente ninguno resultó herido.
"(La vigilancia) se refuerza a la noche. Recién estuve ahí y el personal estaba patrullando. Se ve normal y está todo bien. El personal está realizando los operativos que se vienen disponiendo y está brindándoles seguridad a los buenos vecinos de la zona, que es nuestro objetivo", completó Munives.