La reforma jubilatoria iba esta madrugada camino a convertirse en ley en la Cámara de Diputados, tras una jornada de violencia en las calles cercanas al Congreso y cacerolazos por la noche, mientras en el recinto se desarrollaba una sesión caliente y retrasada debido a acciones dilatorias del kirchnerismo, que hizo todo lo posible para impedir el tratamiento del proyecto.
La reunión arrancó ayer minutos después de las 14 pero el debate empezó recién cinco horas después, porque la mayoría de los diputados kirchneristas pidieron la palabra durante el período de cuestiones de privilegio para demorar el tratamiento y pedir se levantara la sesión.
La sesión de ayer había sido convocada luego de que la anterior llamada para debatir la reforma jubilatoria, el jueves, se levantara a causa de los incidentes que se producían en las inmediaciones del Palacio del Congreso.
Ayer estos enfrentamientos entre manifestantes y agentes de fuerzas de seguridad se repitieron pero finalmente Cambiemos logró avanzar con su objetivo legislativo.
Los diputados del Frente para la Victoria argumentaron que la represión a la protesta afuera del Congreso estaba agravándose y se corría el riesgo de causar muertes. El oficialismo sostuvo que la situación en las calles estaba bajo control.
El kirchnerismo insistió en pedir que la sesión se levantara inclusive después de haber perdido dos votaciones en el mismo sentido.
La primera de ellas, del diputado de extracción sindical Abel Furlán, quien solicitó que la reforma se sometiera a consulta popular. La segunda, del camporista Marcos Cleri, quien pidió un cuarto intermedio para atender los enfrentamientos en las calles.
También fue rechazada otra del trotskista Nicolás del Caño, quien pidió directamente levantar la sesión.
El resultado de estas votaciones anticipaba el de la reforma jubilatoria: a favor por una decena de votos.
A 15 minutos de la 1 de la madrugada, hubo un intento del massismo: la diputada Graciela Camaño pidió que la reforma previsional volviera a comisiones. La propuesta salió rechazada por 127 a 107.
Apoyos y rechazos
Si todos los diputados estuvieran presentes, la reforma jubilatoria necesitaría 129 votos (la mitad más uno) para ser ley.
Cambiemos tiene 107 diputados. Los 22 votos que le faltan los conseguirá de diputados que responden a gobernadores, que apoyan la reforma porque forma parte de un paquete de acuerdos entre las provincias y la Casa Rosada.
Esos votos parecían estar asegurados, sobre todo después de las palabras del diputado salteño Pablo Kosiner, jefe del interbloque Argentina Federal, que responde a ocho gobernadores del PJ y al misionero Hugo Passalacqua.
“Representamos el planteo de los gobernadores porque tenemos la responsabilidad de administrar muchas provincias. Nos preocupan los jubilados, su capacidad económica y la contención social hacia ellos. Pero también nos preocupa la situación económica del Estado de cada una de las provincias. Y hay una realidad, compañeras y compañeros: 23 de 24 gobernadores han firmado este acuerdo federal. Y de eso nos hacemos cargo”, dijo Kosiner, adelantando su apoyo.
El salteño, que responde al mandatario Juan Manuel Urtubey, formuló estas argumentaciones en el recinto al responderle a la rionegrina María Emilia Soria, quien minutos antes había calificado a los diputados del PJ de “prostitutas de Macri”.
Antes, en otro de los momentos más calientes de la sesión, el jefe del bloque K, Agustín Rossi, se dirigió a Carrió, que se retiraba del recinto justo cuando él empezaba a hablar: “Vos andate tranquila, ¿para qué te queremos acá? Te hubieses ido cuando eras funcionaria de la dictadura en el Chaco, cuando a nuestros compañeros los mataban en Margarita Belén”.
La fundadora de Cambiemos le respondió por Twitter: “En el 2010 Rossi y su bloque se oponían al 82% móvil”, escribió, en relación con el proyecto sancionado por el Congreso y luego vetado por la entonces presidenta, Cristina Kirchner.
El encargado de abrir el debate fue el macrista Eduardo Amadeo, presidente de la comisión de Previsión y Seguridad Social, quien entre gritos y abucheos defendió la reforma jubilatoria y señaló que el oficialismo llegó al recinto “en medio de una enorme campaña de falsedades” y señaló que “a fin de año los jubilados no sólo van a estar mejor, sino que van a tener una fórmula que los va a proteger por décadas”.
Claves
Fórmula: La actual para calcular los haberes, es una combinación de recaudación de la Anses con el índice de salarios Ripte y se aplica de manera semestral.
Ahora, pasará a ser una mezcla de un 70% de inflación y un 30% de Ripte y los aumentos serán trimestrales. El oficialismo señala que a largo plazo está garantizado que siempre tendrán aumentos por encima de la suba de precios.
82% móvil: Se garantiza al menos 82% del salario mínimo a quienes hayan hecho 30 años aportes, lo que según cálculos del Gobierno significa un aumento extra de más de 500 pesos mensuales a partir de enero para 1.200.000 jubilados y pensionados.
Edad: El proyecto permite a los trabajadores del sector privado seguir trabajando hasta los 70 años, tanto a los hombres, que se jubilan por ley a los 65 años, como a las mujeres, cuya edad legal para retirarse es 60 años.
Esta posibilidad es opcional y está vedada para los trabajadores de la administración pública.
Bono: Macri firmará un decreto mediante el cual otorgará compensaciones a jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Los jubilados con 30 años aportes que ganan menos de $ 10.000 recibirán un bono de $ 750.
Los que tienen menos de 30 años de aportes o no tienen y cobran menos de $ 10.000 obtendrán un bono de $ 375. Y los beneficiarios de la AUH percibirán un bono de $ 400 por única vez.