Los que sentirán la muerte de familiares, los que volveremos a abrir los talleres o negocios, los gobiernos que deberán rendir cuentas por el camino que tomaron para afrontar esta epidemia.
Los que tuvieron una actitud solidaria, médicos y enfermeras, fuerzas de seguridad, los comedores donde miles de vecinos con la ayuda del Estado dieron de comer a millones de personas.
En Mendoza el ofrecimiento de los polideportivos por parte de los vecinos o el destacado médico Walter Manucha, elegido por el Gobierno nacional para ganar la batalla contra el coronavirus, con vitamina D.
Este profesional se inscribe en la larga lista de argentinos, como René Favaloro que en 1965 asombró al mundo con el primer bypass o Ramón Carrillo que en 1945 colocó la medicina gratuita en los hospitales.
Y también tenemos a César Milstein, Premio Nobel de Medicina viviendo en Londres, perseguido por la dictadura, o Bernardo Houssay y Saavedra Lamas.
Estos profesionales salieron de las universidades gratuitas que nuestro país sigue manteniendo como ejemplo al mundo y demostrando que el valor más grande es la salud y no el mercado.
Los que no entendieron este ejemplo de los argentinos con su gobierno, llenaron de dolor y fosas a sus países.
La solidaridad y la unión de los argentinos debe terminar con los especuladores que dejaron un país donde el endeudamiento, las bicicletas financieras destrozaron la economía.
Ahora debemos triunfar contra el virus y marchar por el mismo camino, pero para el desarrollo, y que cientos de escuelas y fábricas agronómicas eduquen para el trabajo como se hizo en nuestra juventud.
Es decir, que el trabajo venza a la especulación y la solidaridad al egoísmo.
Hemos entendido que la investigación de nuestro profesionales, para la industria, el agro y la salud, es prioritario. Así lo demuestran los éxitos del Instituto Malbrán.
Recordemos que hubo un ministro de Economía que mandó a los científicos de dicho instituto, a lavar los platos.
Héctor Antinori
DNI 5.471.521