El poema narrativo escrito en verso por José Hernández en 1872 (ese canto largo y encendido en octosílabos), ahora puede leerse como novela, en una adaptación orientada al público joven.
“Sí, por supuesto, encantado”, dijo el escritor Franco Vaccarini (1963) cuando la editorial Cántaro le propuso escribir el año pasado la novela del Martín Fierro. De modo que la historia del gaucho perseguido, el paria de las pampas que luchó en las guerras de la Independencia, ahora aparece en las librerías galopando sobre la prosa.
Luego de sus sucesivas adaptaciones y versiones ( la película de Leopoldo Torre Nilsson, la de animación con ilustraciones de Roberto Fontanarrosa, el Martín Fierro ordenado alfabéticamente de Pablo Katchadjian), al poema épico nacional no había le tocó, esta vez, ubicarse en el escaparate de “novela”.
A Vaccarini, autor de más de 25 novelas para chicos y jóvenes, el tema no le es ajeno: “Aprendí a manejar un caballo a los cinco años y a los diez arreaba las vacas. Nací en un rancho con piso de tierra apisonada; sé lo que es una yerra, tengo siete hermanos y los versos Los hermanos sean unidos/porque esa es la ley primera fueron parte de nuestro aprendizaje. Martín Fierro fue un personaje central de mi infancia, lo teníamos hasta en el almanaque de la cocina”.
Hay más lazos: durante su niñez, Vaccarini (oriundo de Lincoln, provincia de Buenos Aires) presenció la persecución policial de un gaucho. Algo de esa experiencia despertó cuando se enfrentó al trabajo de novelar la obra de Hernández.
“Respetando el paisaje y las intenciones”, el autor buscó la forma de acercar al público joven a través de una prosa “más plástica”, pero respetando el tono de la época. “Los jóvenes, consiente, aman la épica”.