Si tuviera que hacer un análisis aséptico del sistema de representación política dentro de un sistema democrático, tendría que decir que hay sobrados argumentos que afirman que la limitación a cargos electivos (Poder Legislativo; Poder Ejecutivo) son fundamentales y necesarios para fortalecer la democracia, aumentar la competitividad en las candidaturas y mejorar la representatividad.
Evitaríamos la reelección indefinida, logrando la alternancia en el poder institucional, ergo una mayor representatividad. Y lo más importante aún, se establecería una mayor dinámica en la negociación entre distintas fuerzas políticas al momento de gobernar.
Como vemos en esta posición, el eje es limitar la reelección de cargos ejecutivos y legislativos para obtener una clara representatividad política y, por ende, aumentaría la participación popular. Es como si tuviéramos que resetear el sistema electoral cada 4 años.
El politólogo estadounidense John Carey, sostiene que la motivación fundamental en aquellos que son elegidos, en un sistema de reelección indefinida, es su propia reelección, lo que para este politólogo es un contrasentido al sistema democrático.
John Carey explica que mientras más personas ocupan cargos legislativos y ejecutivos, mayor es la capacidad de lograr acuerdos en favor de la ciudadanía. Y, por ende, menores serán los incentivos para realizar defensas personales, partidarias o sectoriales.
Ahora… ¿Por qué digo que es una postura aséptica?
Porque está lejos de las miserias humanas de la lucha por el poder mismo. Siempre estas luchas por el poder contaminan cualquier matriz teórica que pretendamos establecer. Aquí la lucha por el poder va más allá de una lucha personal o colectiva.
Tal es así, que esta discusión de la reelección de los intendentes, no deja de tener flancos débiles y es fácil presa de la sospecha coyuntural.
- ¿Podemos hacer un análisis aséptico del sistema de representación política a meses de una contienda electoral?
- ¿No habría que rediscutir el sistema de representación política en una reforma de la constitución?
Sabemos que la cultura política en nuestro país está en pañales, muchos que juegan hoy, en el poder político institucional, democrático y republicano pasan al poder corporativo económico, comunicacional y financiero. Y recíprocamente, sin que la sociedad se dé cuenta.
¿Y por qué se da este fenómeno?
Porque es una fina línea por dónde camina el político… A su derecha, la apetencia individual y por la izquierda, la lucha colectiva por el bien común. Hoy podes ser intendente, mañana dueño de un medio de comunicación y pasado un empresario de áreas petroleras.
Y para hacerlo más complejo todavía, pienso que en los países emergentes no siempre el Estado de Derecho está en sintonía con el sistema democrático. Es decir, muchas veces el Poder Judicial juega en la política nacional y en la política provincial. Y eso va en contra del sistema republicano.
Por lo tanto, los cambios tienen que ser de raíz, claros y contundentes. La reelección de los intendentes, no puede dar lugar a la toma de atajos o caer en interpretaciones que jueguen a favor de uno o de otro.
En síntesis, los cambios tienen que ocupar un papel clave en la gobernabilidad de la provincia. Y cuando hablo de gobernabilidad, hablo de que todos somos parte del gobierno elegido, por lo que el compromiso social es vital para el desarrollo institucional en la Provincia.
