Rediseñar la economía provincial

La caída de la actividad mendocina requiere un replanteo respecto de los roles de cada uno de los sectores para permitir un desarrollo armónico.

Rediseñar la economía provincial
Rediseñar la economía provincial

Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes

La economía mendocina ha experimentado grandes cambios en los últimos diez años. Observando la composición del Producto Bruto Geográfico es llamativo el avance que tuvieron los sectores de servicios frente otros sectores más tradicionales. El único que, de alguna manera, pudo mantenerse fue el petrolero, más apuntado por la suba de los precios que por la producción, que decayó.

Mendoza aprovechó las bonanzas pos crisis del 2002 y tuvo un crecimiento en el sector de bienes transables, como la producción primaria y con un consecuente aumento de las exportaciones. Pero analizando bien, la mayor ventaja se la llevó el sector servicios, donde el crecimiento del turismo generó un derrame importante porque moviliza a otros sectores (construcción, restaurantes, hoteles, comercios, servicios) los cuales son intensivos en el uso de fuerza de trabajo.

Esta semana, el Ieral, el instituto de investigación económica de la Fundación Mediterránea, presentó un balance de la economía provincial 2014, que mostró una caída del nivel de actividad del 3,8%, frente a otra del 2,6% que habría sufrido la economía provincial.

Es indudable que la caída tiene que ver, en parte, con la pérdida de producción primaria experimentada el año pasado por accidentes climáticos que dejó como daño colateral importante la pérdida de mercados, por no poder abastecer a los clientes. De la misma forma, las exportaciones tradicionales sufrieron una caída por la pérdida de producción.

Otra parte de la caída está relacionada con la pérdida de competitividad del tipo de cambio, que se viene experimentando desde 2010, y donde la vitivinicultura es un claro ejemplo. La inflación fue otro factor que impactó negativamente al no poder trasladarse sus efectos a los bienes exportables.

Las perspectivas para 2015 son malas y ya estamos viendo las consecuencias. A pesar de tener una producción casi normal de frutas y hortalizas, estas no se pueden exportar por el atraso cambiario, sumado a la devaluación del real brasileño. Las consecuencias son conocidas, ya que se vuelca todo al mercado interno y los precios caen. Las uvas se pagan igual o a menos precio que en 2010.

Hay que resetear los modelos productivos

Está claro que Mendoza ha crecido del lado de los servicios y está claro que el aumento del empleo es responsabilidad del sector público, principalmente, el cual, además, tuvo que aumentar los impuestos para sostener sus gastos y esto ayudó a disminuir la competitividad de las empresas.

El rediseño implica a todos los actores de la economía. No puede el Estado tener un tamaño tal que para su sostenimiento termine ahogando al sector privado porque, finalmente, es como un vuelo de perdiz, muy corto. Tampoco puede el sector privado esperar siempre que el Estado le cubra sus falencias.

Mendoza debe repensarse desde un modelo de ma

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