La crisis ambiental es el gran desafío del siglo XXI y es por eso, por lo que la ciudadanía precisa transitar la vía de la sustentabilidad en la que tanto el consumo racional de los recursos naturales, el reciclaje y la buena gestión de los desechos adquieren gran relevancia de manera conjunta en el tránsito hacia aquel fin, aunque no sean sólo ellas las acciones que deben llevarse a cabo.
La tierra provee recursos que son utilizados por los seres vivos y fundamentalmente por el ser humano. Los renovables como las florestas por su madera, esencias o materias primas para medicinas, y también los no renovables como el petróleo, gas o carbón, son ejemplos de lo afirmado más arriba. Sabido es el desequilibrio que provoca a los ecosistemas el sobreuso de estos recursos naturales.
La explotación que realiza el ser humano es tan intensa, que hoy algunos de ellos son considerados "potencialmente" renovables. Es el caso del agua y de las florestas. ¿Qué significa esto? Que a pesar de que la naturaleza tiene el poder de renovarlos nosotros estamos utilizándolos en un ritmo superior al ritmo de recomposición natural.
Según algunos especialistas ambientales por estos tiempos estamos consumiendo recursos naturales en un 40% más que la capacidad natural de recuperación del planeta y cada año aceleramos ese consumo en un 2,5%. Esto tiene que ver con el natural crecimiento de la población mundial y también con la aceleración de los conocimientos tecnológicos y lo que estos aportan a un mayor confort de vida a través del consumo.
Cuando una sociedad no funciona de acuerdo con las reglas básicas de la naturaleza todos sufrimos las consecuencias porque no es un problema de cada país, ya que el medio ambiente no entiende de fronteras. Consecuentemente, debemos producir cambios en nuestras conductas y procederes de modo que varíen los efectos nocivos al medio en que vivimos y se transformen en el camino correcto para transitar indefinidamente mientras éste sea sustentable en el tiempo. Este es el clamor general que hoy puede verse en los principales medios del mundo.
Entre el auto y la bicicleta
Ahora bien, ¿qué realizaciones o acciones puede realizar el ser humano y cuales son sustentables y cuales no; son miles, pero a título de ejemplo, trasladarse en bicicleta es sustentable porque ayuda a salir del sedentarismo, no contamina, su uso no gasta dinero ni pone en peligro de vida a sus usuarios y terceros. Todo lo contrario, sería trasladarse en automóvil que exige gasto, que contamina y fomenta el sedentarismo además de los riesgos de un mal uso; o sea, podríamos decir que la sustentabilidad seria realizar todas las acciones que necesitamos para vivir, de modo que, no perjudiquen el estado ambiental actual y tampoco el desarrollo de las próximas generaciones permitiendo vivir a ambas más saludablemente.
En este contexto, algunos aspectos preocupantes son el excesivo consumo y el desperdicio en el uso de los recursos naturales, esto se manifiesta en determinadas sociedades, generalmente las más ricas. Por ejemplo, Estados Unidos es el país que más consume por persona con 46% más que Oceanía, 68% más que la Unión Europea (UE), y 200% más que América Latina. (datos de: Carolina Amaral-Protegendo o meio ambiente- Hedra - São Paulo. 2013) cuya fuente es Global Footprint Network, 2010).
O sea, es evidente que ellos algo tienen que hacer si es que les interesa mantener al mundo en condiciones de sustentabilidad, aunque lo preocupante es, que ese país, no parece reconocer hoy los problemas generados por el cambio climático. Sin ir más lejos se sabe que el primer país que podría desaparecer de la tierra con sus más de 100.000 habitantes es la isla de Kiribati, en los atolones del océano Pacífico, en la Micronesia, entre Hawái y Australia.
Reciclar ayudaría
Abrazar el concepto de un consumo sustentable puede ayudar mucho en el proceso de mitigación de los efectos del cambio climático, por ejemplo, dar preferencia a consumir artículos que sean pasibles de reciclaje por sobre aquellos que directamente van a la basura. No olvidar que otorgar nueva vida a algo que usamos diariamente es indispensable para cualquier modelo de sustentabilidad, es brindar una nueva oportunidad de uso o consumo a productos que en la abundancia se dan como
reemplazables, además de generar subproductos importantes como por ejemplo generar puestos de trabajo nuevos.
La producción local
Otra opción inteligente sería elegir aquellos productos que tienen menos embalajes que es aquello que directamente va a la basura. O consumir productos locales para evitar el transporte desde regiones lejanas que consumen combustibles generalmente contaminantes, como la nafta y el gasoil.
Como consecuencia de todo lo dicho en relación con el excesivo consumo, y en base a estadísticas de nuestra región, América del Sur, cada persona produce en promedio casi 1 kilogramo de basura diaria, o sea 420.000 toneladas de residuos contaminantes de los cuales 75% va a parar a la tierra y a cielo abierto.
Solo el 25% restante tiene un tratamiento más sustentable, aunque no perfecto, mediante el uso de campos de entierro controlado y sanitario que toman más cuidado en cuanto a la contaminación minimizando las filtraciones de aguas negras hacia las napas freáticas y utilizando el metano para producir energía con destino a distintos usos productivos. Además, tapando los depósitos con camadas de tierra para impedir la visita de seres indeseables y propagadores de enfermedades.
A pesar de ser los estados a través de las áreas educativas, municipales o tecnológicas las responsables del cuidado ambiental, primero con educación, luego con prevención y también acción, aún con algunas excepciones, no han tomado el asunto de manera formal bajo políticas públicas específicas destinadas a la protección del medio ambiente.
En nuestra región no está desarrollado todavía el concepto de sustentabilidad y es porque no se estimula la educación ambiental de sus ciudadanos, sin lo cual no tendremos muchas posibilidades de éxito.
Podríamos decir que estamos muy lejos del principio enunciado en ocasión de realizarse la Agenda 21, (Cumbre para la Tierra) Río de Janeiro, Brasil, 1992 de la ONU que reza "Pensar globalmente, pero accionar localmente".
