Una paliza le propinó San Antonio a Miami en el tercer partido de la final de la NBA. Con el apoyo de su público, que llenó el AT&T Center, los Spurs vencieron 113-77 a los Heat y lideran 2-1 la serie, que continúa esta noche, a las 22 y en ese mismo escenario.
En el inicio, a Miami le costó encontrar el aro y el local aprovechó para ponerse 9-4 en 2’. Pero el Heat se acomodó en el juego y achicó la brecha.
En el primer cuarto, sin el goleo de LeBron James, el visitante recurrió a los aportes de Dwyane Wade y Chris Bosh para evitar que los locales se escaparan en el marcador.
Porque aún con un Tony Parker errático, los Spurs impusieron el ritmo y sacaron una ventaja de 8 puntos (15-7). Aunque en el final de ese capítulo, Miami volvió a ponerse en juego.
El conjunto texano salió más concentrado en el segundo cuarto. Fue agresivo en ofensiva y sólido en defensa, con lo que evitó que LeBron ganara confianza.
Sin depender de los puntos de Parker, San Antonio aprovechó los buenos momentos de Tim Duncan, Kawhi Leonard y Danny Green para volver a escaparse: 43-32, cuando faltaban algo más de 3’ para el descanso largo.
Sin embargo, de la mano de Bosh y Wade, Miami achicó la distancia e igualó todo en 44 a 40’’ del final de la primera mitad. Eso no se desesperó al local y con dos triples (Parker y Gary Neal), cerró el PT 50-44.
La acción del tercer cuarto se jugó al ritmo de los Spurs, que mostraron un básquetbol excelente. Con las asistencias de Parker y de Manu Ginóbili (7 puntos), más la puntería de Green, San Antonio volvió a escaparse: 59-46.
Mientras que en el otro aro, con James aún ausente, a Miami le costaba sumar y parecía cada vez más desconcertado. Los locales siguieron aumentando la distancia, que llegó a ser de 19 a falta de 1’30’’. Pero sobre el final apareció James y con tres dobles seguidos levantó el ánimo de los Heat.
La reacción de LeBron no afectó para nada a los Spurs, que salieron a disputar el último parcial decididos a liquidar el juego. Con un Green imparable y un buen juego de equipo, evitaron la reacción de Miami. Así, los Heat recurrieron al tiro externo para mantenerse en juego.
Pero a medida que fueron pasando los minutos, la confianza de los Spurs no paró de crecer. Y en medio de la ovación de sus fanáticos, San Antonio terminó aplastando a su rival. Así, se puso de pie, se tomó revancha de la dura caída del domingo y recuperó la confianza, algo vital para el futuro de la serie final.