La segunda caja negra del Airbus A320 de EgyptAir fue recuperada ayer en el Mediterráneo, y se espera que con su análisis y el del primer registrador de vuelo se aclaren las causas del drama que dejó 66 muertos hace casi un mes.
El Registrador de datos de vuelo (FDR por sus siglas en inglés), fue recuperado ayer, anunció la comisión de investigación egipcia, al día siguiente del hallazgo de la primera caja negra del avión, el Registrador audio de cabina (CVR).
Las cajas negras fueron encontradas “en fragmentos”, pero en los dos casos los equipos de búsqueda lograron recuperar “la parte más importante, que contiene la memoria del aparato”, según el comunicado.
En la capital egipcia, un equipo de investigación, con el apoyo de expertos franceses y del constructor europeo Airbus, se preparaba para analizar los datos.
“Ya tenemos la posibilidad de responder a preguntas fundamentales”, comentaba antes del anuncio Jean Serrat, experto en aeronáutica. “Vamos a ver en qué estado de ánimo se encontraba la tripulación, cómo pasó, si se vieron sorprendidos, si se asustaron”, agregó.
Un comunicado de la comisión de investigación egipcia advirtió ayer que “analizar los datos puede tomar varias semanas”.
El Airbus A320, que cubría la ruta entre París y El Cairo, cayó al mar el 19 de mayo con 66 ocupantes a bordo, entre ellos 40 egipcios y 15 franceses, tras desaparecer repentinamente de los radares por causas que todavía se desconocen.
El CVR funciona como un grabador y suele contener hasta dos horas de conversación. Incluye las voces del comandante de vuelo y del copiloto, las comunicaciones entre la cabina, el jefe de cabina y los auxiliares de vuelo e incluso los ruidos de fondo en el avión.
La otra caja, el FDR, registra segundo a segundo todos los parámetros durante 25 horas de vuelo (velocidad, altitud, aumento de potencia del motor, inclinaciones, variaciones de velocidad y de trayectoria).
“El contenido de la primera caja negra será recuperado y analizado en un departamento especializado del ministerio de Aviación Civil en El Cairo”, indicó un responsable del ministerio, en forma anónima, antes de precisar: “Si la memoria está dañada, la enviaremos a un laboratorio extranjero para análisis más avanzados”.
Problemas técnicos
Fue gracias al equipo del "John Lethbridge", un barco de la compañía francesa Deep Ocean Search (DOS), que se recuperaron las dos cajas negras en la zona del siniestro, a unos 290 kilómetros al norte del litoral egipcio, entre Creta y Egipto, a una profundidad de unos 3.000 metros como máximo, según los investigadores.
Inicialmente, Egipto barajó la hipótesis de un atentado. Siete meses antes había estallado una bomba a bordo de un vuelo chárter que despegó de la localidad turística de Sharm el Sheij con 224 ocupantes, en su mayoría turistas rusos. El atentado fue reivindicado al otro día por el grupo Estado Islámico (EI).
Con el tiempo, sin embargo, cobró fuerza la hipótesis de un accidente técnico, debido a la ausencia de reivindicación y sobre todo a las fallas registradas a bordo del aparato antes de que cayera al mar. Justo antes de la desaparición, y durante dos minutos, el sistema de transmisión de datos automático había indicado la activación de diez alarmas a bordo. Señalaban la presencia de humo en la carlinga, en un baño y bajo la cabina de los pilotos, e informaba de una avería en la computadora encargada de los mandos.
Para Serrat, el análisis de la primera caja permitirá responder “a preguntas de extrema importancia”.
“¿La tripulación se vio sorprendida y no tuvo tiempo de actuar? ¿O un fenómeno importante que pasó a bordo hizo que la tripulación lanzara una alerta que no evolucionó bien? ¿Hubo el ruido de una explosión o de una descompresión explosiva en el avión?”, se pregunta este ex comandante de vuelo.